Un recorrido por el Circuito Histórico de las Colonias Judías en Entre Ríos. Es un viaje por la historia, la cultura y las tradiciones de los gauchos judíos que llegaron a la Argentina a fines del siglo XIX y principios del siglo XX buscando una nueva vida y un futuro para ellos y sus hijos.
Hacia fines del siglo XIX, Europa Oriental se tornó un lugar imposible para miles de familias judías. Perseguidos, empobrecidos y sin futuro, muchos miraron hacia América como la tierra prometida.
Fue entonces cuando el Barón Mauricio de Hirsch, a través de la Jewish Colonization Association (JCA), ideó un proyecto visionario: fundar colonias agrícolas donde los inmigrantes pudieran empezar de nuevo, trabajar su tierra y construir un porvenir digno.
Argentina, y particularmente Entre Ríos, se convirtieron en el escenario de esta epopeya silenciosa, donde el dolor del exilio fue reemplazado por la esperanza que germinaba entre los campos fértiles.
Así nacieron los legendarios gauchos judíos: hombres y mujeres que, montados a caballo y empuñando el arado, tejieron una historia de coraje y perseverancia que aún hoy late en el corazón de la provincia.
El Circuito Histórico de las Colonias Judías: un puente con la memoria

El Circuito Histórico de las Colonias Judías del Centro de Entre Ríos propone un recorrido apasionante y conmovedor por esos pueblos que vieron nacer escuelas, sinagogas, hospitales, cooperativas y bibliotecas.
Con epicentro en Villaguay, el circuito enlaza las comunidades de Villa Clara, Ingeniero Sajaroff, Carmel, Villa Domínguez, San Gregorio (Sonnenfeld) y Basavilbaso, entre otras.
No es un simple itinerario turístico: es un compromiso con la memoria colectiva, una oportunidad de honrar la historia y entender cómo la diversidad forjó la identidad argentina.
¿Qué incluye la experiencia?
- Visitas guiadas a museos históricos.
- Recorridos por sinagogas y edificios patrimoniales.
- Encuentros con descendientes de los colonos originales.
- Participación en actividades culturales y degustaciones de comidas típicas.
- Charlas a cargo de especialistas en historia judía argentina.
Pueblos con alma: cada parada, una historia
Villaguay: el centro vital
En Villaguay late uno de los corazones del circuito.
Aquí funciona la Asociación Israelita de Villaguay, fundada en 1953 como un centro espiritual y social.
Cuenta con una biblioteca que conserva libros en hebreo, idish y español, y mantiene activa la escuela hebrea “Jaim Weitzman”, donde niños y jóvenes siguen aprendiendo sobre sus raíces. El salón de la asociación, abierto a toda la comunidad, es un espacio de encuentros culturales, celebraciones religiosas y proyectos de memoria.

Villa Clara: un homenaje a la esperanza
Villa Clara, fundada en 1892, lleva el nombre de Clara de Hirsch, esposa del Barón.
Es considerada una de las colonias más extensas de Entre Ríos, con dos estaciones ferroviarias que estructuraban la vida local: Gobernador Domínguez y Clara.
El visitante puede admirar la Sinagoga Beit Jacob, construida entre 1911 y 1917, recientemente restaurada y en excelente estado de conservación.
Frente a la plaza central se erige también el histórico Hospital Dr. Noé Yarcho, el primer hospital israelita de Sudamérica, testimonio del esfuerzo comunitario por cuidar la salud en tiempos de enormes desafíos.

Villa Domínguez: el corazón del recuerdo
Si Villa Clara representa la esperanza, Villa Domínguez es el corazón de la memoria.
Allí se ubica el Museo y Archivo Regional de las Colonias Judías, creado en 1985 para preservar el legado material y espiritual de los primeros colonos.
El museo alberga fotografías, documentos, objetos cotidianos y registros genealógicos que narran la vida de los inmigrantes, sus luchas, alegrías y sueños.
Además, el histórico Galpón de Inmigrantes, la antigua Estación de FFCC, el Hospital Yarcho y la Escuela ORT completan un cuadro vibrante de la vida comunitaria de principios del siglo XX.

Basavilbaso: la capital del cooperativismo
Basavilbaso, conocida como “Basso” por sus habitantes, ocupa un lugar central en la historia de la colonización judía.
Fue uno de los primeros sitios donde se afianzó la comunidad, gracias a la llegada del ferrocarril y a la política inmigratoria del gobernador Clemente Basavilbaso.
Allí se fundó en 1900 la Cooperativa Lucienville Ltda., la primera cooperativa agrícola de Sudamérica, símbolo de la organización solidaria entre los colonos.
Los visitantes pueden recorrer las sinagogas Novibuco I y Rancho, así como el cementerio judío, espacios que guardan siglos de historia y fe.



Lucienville: una colonia nacida del amor y la pérdida
La colonia Lucienville fue fundada en honor a Lucien, hijo del Barón Hirsch, fallecido a temprana edad.
Su estructura sigue el modelo tradicional de las aldeas rusas: una calle principal con casas, un shil (sinagoga), una mikve (baño ritual) y, al final, el cementerio. Lucienville encarna el espíritu de resistencia, fe y comunidad que caracterizó a las colonias judías de Entre Ríos.

Una experiencia transformadora
Recorrer el Circuito Histórico de las Colonias Judías no es simplemente visitar un conjunto de pueblos: es revivir un legado de superación y solidaridad.
Es reconocer la fuerza de aquellos hombres y mujeres que, con el arado en una mano y la Torá en la otra, escribieron una página indeleble de la historia argentina.
Es también entender que el aporte de los gauchos judíos fue mucho más que agrícola: fue cultural, educativo, organizativo y profundamente humano.
Hoy, quienes caminan por las calles de Villa Clara, Villa Domínguez o Basavilbaso, no solo encuentran sinagogas centenarias y museos históricos: encuentran la viva presencia de aquellos sueños sembrados en la tierra fértil de Entre Ríos.
La memoria de los gauchos judíos no pertenece solo a una comunidad: es un patrimonio de toda la Argentina.
Un llamado a valorar la diversidad, la resiliencia y el compromiso con la vida, aún en los tiempos más difíciles.

Fotos: AMIA y Secretaría de Turismo de La Nación.
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