La Amazonia brasileña es una región sufrida y maravillosa al mismo tiempo. Los noticieros la presentan sobre todo para mostrar los avances de la deforestación o cuando estallan grandes incendios. Sin embargo, es donde se pueden vivir experiencias únicas en el mundo, como participar en encuentros con pueblos originarios o nadar con el curioso delfín rosado.
En Belém, la capital del estado de Pará -como en toda la región amazónica- el clima es caluroso y húmedo, y casi todos los días cae una lluvia leve. Los mejores meses para planificar un viaje son los de sequía: de julio a noviembre. La ciudad se está preparando para la COP30, la conferencia de la ONU sobre el clima prevista para el mes de noviembre de 2025. Un circuito tradicional en la ciudad es dirigirse a la céntrica la Plaza Princesa Isabel, en la terminal fluvial, donde se toman los barcos a la isla Combu, un trayecto que insume apenas 15 minutos. Allí se puede pasar el día en restaurantes de campo que ofrecen acceso a ríos, cascadas y comidas típicas, especialmente peces amazónicos. Los géneros musicales de la región son calipso, tecnobrega, brega, forró, tecnopop, lambada y diversas mezclas, como la electrobrega, nada que ver con el samba y la bossa nova.

En la isla de Combu también se puede visitar la producción de chocolate elaborado con cacao amazónico. Los ribeirinhos (como se autodenomina la población de las márgenes de los ríos amazónicos) serán los guías: en una visita a Belém a principios de este año, el presidente Emmanuel Macron recibió un kit lleno de dulces locales y aprovechó para manipular los granos de cacao con una herramienta utilizada por los productores. Las imágenes dieron la vuelta al mundo. La vegetación selvática será parte del paseo a la isla de Compu, y el paseo en barco permitirá ver el atardecer con el paisaje de Belém al fondo.


Encuentro de las aguas
El Encuentro de las Aguas es un fenómeno que se produce en el Amazonas por la confluencia del río Solimões, de aguas fangosas, con el río Negro, de aguas oscuras. Durante un tramo de seis kilómetros (que llega hasta 22 km en algunos momentos del año), los dos ríos permanecen uno al lado del otro sin mezclar sus aguas, debido a sus diferentes densidades y velocidades. Y no solo se diferencian en el color: las aguas del río Negro son oscuras, calientes, ácidas y pobres en nutrientes, por lo que sus orillas son más vírgenes y apenas hay mosquitos (por eso la mayoría de los hoteles de selva de la región estén a orillas del río Negro). Las aguas turbias del Solimões, en cambio, son frías y llenas de vida, lo que permite pescar y cultivar las llanuras aluviales durante la estación seca (de julio a noviembre, cuando disminuyen los mosquitos).
Lujo en la selva
En los lodges ubicados en la ribera del río amazonas, los viajeros pueden experimentar la belleza y las maravillas de la selva tropical mientras disfrutan de un alojamiento de lujo y cocina gourmet; también acceder a visitas guiadas, observación de fauna salvaje y expediciones personalizadas a zonas remotas de la selva. Una de las experiencias más singulares en la región es conocer a las tribus indígenas que viven en ella, sus tradiciones y su conexión con el entorno.

Nadar con delfines rosados
Uno de los animales más curiosos de la fauna amazónica son los delfines rosados de río, en portugués boto-cor-de-rosa. Su original coloración se debe a la circulación de la sangre, y hay excursiones para verlos, nadar con ellos y alimentarlos bajo orientación de guías especializados. Hay que tener un cuidado muy especial al momento de considerar hacer esta actividad. Muchas empresas que ofrecen estas interacciones fueron señaladas por malos tratos hacia los delfines. Varias ONGs ambientalistas y conservacionistas luchan tanto para salvar la especie de la extinción como para frenar las actividades de prestadores poco escrupulosos.
Archipiélago de las Anavilhanas
El Parque Nacional de Anavilhanas se extiende por los municipios de Manaos y Novo Airão, y se puede acceder a él en auto o por barco. Es uno de los mayores archipiélagos fluviales del mundo con cerca de 400 islas, y el paseo incluye los chapuzones con delfines rosados, natación en el Rio Negro, contacto con las comunidades originarias y visitas a los artesanos de Novo Airão, además de la degustación de la original gastronomía amazónica.

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