El cambio climático derritió el glaciar Corona en la cima del Pico Humboldt. Solo quedan dos hectáreas de hielo y algunos ambientalistas decidieron cubrirlas con una manta termoplástica para salvar el último hielo de Venezuela.
El Glaciar Corona es el último de Venezuela y no cubre más que dos hectáreas. Fue reducido a casi nada por el recalentamiento global y tiene poco futuro. Gracias a un programa oficial, va a ser cubierto por una manta termoplástica. Expertos de todo el mundo concuerdan en pensar que se trata de una medida “Ilusoria” y “absurda”, que tendrá pocos efectos frente al aumento de las temperaturas.
El retroceso de los glaciares es un fenómeno mundial, y no solo afecta Venezuela en Sudamérica. Las capas de hielo se reducen rápidamente también en los Andes de Colombia, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Venezuela, que es un país íntegramente tropical, había cinco glaciares en las cumbres más altas del país. Cubrían más de 1.000 hectáreas hace un siglo y desaparecieron todos, a la excepción de un minúsculo remanente en el Pico Humboldt (la segunda cumbre más alta del país, con 4.916 metros).
El Corona era el glaciar más grande del país y cubría 450 hectáreas entre el Pico Humboldt y el Pico Bonpland. Las dos hectáreas que lograron mantenerse hasta ahora estarán cubiertos por unos 35 rollos de polipropileno, un polímero termoplástico, de 80 m de largo y 2,75 m de ancho. Fueron concebidos para reflejar los rayos del sol y disminuir su impacto sobre la temperatura del suelo. Ya fueron transportadas por helicóptero, pero a principios del mes de abril de 2024 todavía no había confirmación de cuándo se instalarán. La misma técnica se aplica en los Alpes, en Rusia y en China, con cierto éxito desde hace un par de décadas. En esos casos, es para proteger campos esquiables, con fines puramente comerciales y sin motivos ambientales.
En contra y a favor
Pero para los detractores, es un esfuerzo y una inversión inútiles, ya que el Corona dejó de ser un glaciar hace mucho tiempo. Tendría que tener por lo menos 10 hectáreas para merecer esta denominación. Además, se considera que su desaparición es irreversible y solo es una cuestión de poco tiempo. Julio César Centeno, profesor de la Universidad de los Andes (ULA) y asesor de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), expresó que “ya no hay glaciares en Venezuela, lo que tenemos es un pedazo de hielo. Estamos protegiendo un glaciar que ya no existe”. Responde así a Nicolás Maduro y Jehyson Guzman, el gobernador del estado de Mérida que militaron la instalación de la manta. Junto con otros científicos, Julio César Centeno tiene la intención de pedir al Tribunal Supremo que suspenda el proyecto, que, según afirman, “no ha sido objeto de un estudio de impacto ambiental ni ha sido sometido a consulta pública, como exige la ley”. Además advierten del peligro que representan los microplásticos de la cubierta: “Son prácticamente invisibles, caen al suelo y de ahí pasan al agua, a los cultivos y al aire. La gente acabará comiéndolos y respirándolos”.
Foto de apertura: una foto del glaciar tomada en diciembre de 2020 con el remanente de hielo en el parque nacional Sierra Nevada de Mérida, en la cordillera de los Andes de Venezuela.
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