Perú: tres joyas ocultas en la región de Cuzco que pocos conocen

En los alrededores de Cuzco están algunas de las atracciones más asombrosas de los Andes peruanos.

La capital del Valle Sagrado no es solo la capital del imperio inca y la puerta de acceso a Machu Picchu. En sus alrededores están algunas de las atracciones más asombrosas de los Andes peruanos.

Cusco es un increíble destino y es la cuna de una de las civilizaciones más asombrosas de la humanidad. Además de sus iglesias, palacios, templos y ruinas incaicas, es también la puerta de acceso al Valle Sagrado e increíbles sitios, como las salinas de Maras, los pueblos de Ollantaytambo y Pisac, el asombroso museo Inkariy y la fortaleza de Saqsaywaman. Pero también cuenta con varios otros atractivos, que son muy poco conocidos y visitados.

El Puente de Q’eswachaka

Declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, uno de estos tesoros de la región de Cusco es el Puente Q’eswachaka, sobre el río Apurímac, en plena montaña y a 3.700 metros sobre el nivel del mar. Tiene 28 metros de longitud y 1.20 metros de ancho. Es un puente colgante que desafía la gravedad y es parte del Qhapaq Ñan o Gran Camino Inca. Fue construido por los incas y se mantiene en pie gracias a las comunidades de Chocayhua, Chaupibanda, Huinchiri y Collana que lo vienen manteniendo desde hace siglos.

Cada año, durante la segunda semana de junio, el Puente Q’eswachaka es celebrado por medio de un festival único. Las mujeres de las comunidades trenzan el ichu para reconstruir el puente, mientras los hombres reemplazan las cuerdas rotas. Esta tradición ha permitido que esta maravilla inca perdure hasta nuestros días.

Está en el distrito de Quehue, en la provincia de Canas, a 180 km al sur de Cusco. El viaje tarda 3:30 hs en auto.

La Capilla Sixtina de los Andes

En el corazón de la provincia de Quispicanchi, siempre en la región del Cusco, el pueblito de Andahuaylillas es conocido gracias a su iglesia dedicada a San Pedro. Se la conoce como la “Capilla Sixtina” peruana. Aunque su fachada puede parecer modesta, el interior de esta joya arquitectónica sorprende con su esplendor. Las obras fueron realizadas en los años 1620 por Luis de Riaño, discípulo del italiano Angelino Medoro. Su fachada renacentista y el interior de estilo barroco sumergen a los visitantes en una experiencia atemporal. Las obras narran eventos como la Crucifixión y el Bautismo de Cristo.

Esta iglesia forma parte de la reconocida ruta barroco-andina, junto con los templos de la Compañía de Jesús, San Juan Bautista de Huaro y la Capilla de la Virgen Purificada de Canincunca.

La fachada de la iglesia San Pedro Apóstol del pueblo de Andahuaylillas.
El asombroso interior de la iglesia San Pedro Apóstol en el pueblo de Andahuaylillas.

Para visitar la iglesia de San Pedro, se puede optar por uno de los autobuses que salen de la Plaza de Armas de Cusco y llegan a Quispicanchi en unos 45 minutos.

La ciudad fortificada de Pikillaqta

Viajar a Pikillaqta es como remontar los siglos hasta fines del siglo VI de nuestra era, en el momento del máximo esplendor de la cultura preincaica Wari. El sitio arqueológico totaliza más de 700 edificaciones que incluyen recintos, colcas (almacenes para alimentos) y templos. En su momento de apogeo tuvo hasta 10.000 habitantes. Era un centro urbano, pero también una capital administrativa y religiosa y militarmente controlaba el valle de Quispicanchi, gracias a su ubicación estratégica.

Una vista del complejo arqueológico de Pikillacta.

Pikllaqta está a solo 30 km al sur de la ciudad de Cusco, cerca del pueblo de Huacarpay, a unos 3.350 m.s.n.m.Algunas recomendaciones extras

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