Los imperdibles de la mesa de Bariloche

La capital gastronómica de la Patagonia se luce con platos y productos traídos por los inmigrantes y tradiciones de los pueblos originarios. 

Desde sus orígenes, la ciudad de Bariloche ha recibido una fuerte influencia culinaria de culturas europeas inmigrantes, y especialmente de sus colonias alemanas, suizas y galesas. Sus tradiciones se mezclaron con las de los pueblos originarios, que habían desarrollado métodos de cocción singulares, como el curanto. Esos encuentros formaron la base de la increíble diversidad y la altísima calidad de la gastronomía de Bariloche, que se pudo posicionar así como la indiscutida Capital Culinaria de la Patagonia

El Ente de Promoción de Bariloche comparte el siguiente informe, que destaca su oferta y sus propuestas, que se convirtieron en protagonistas importantes, al igual que los paisajes, las actividades al aire libre y los deportes de invierno:

Un producto destacado es la trucha patagónica. Esta especie abunda en los ríos y lagos patagónicos y, además, hay establecimientos de cría para asegurar la sostenibilidad de la especie en las fuentes naturales de agua. Se pueden degustar tanto frescas como en ahumados, acompañados con variedades de salsas y diferentes guarniciones. Las carnes también son una opción óptima y, la más elegida, es el cordero. Ya sea en asados, guisos, ahumado o como relleno de empanadas o pastas, quedan muy bien en todas sus variantes.

Otros productos que se pueden encontrar en su versión ahumada son el jabalí, el ciervo, salmón, salames y una gran diversidad de quesos. La cocina de montaña, como los guisos o fondue de quesos, son grandes protagonistas en las temporadas más frías o en las noches de verano de bajas temperaturas. Se pueden saborear en muchos restaurantes, pero el bonus track lo pueden apreciar quienes hayan caminado largos kilómetros para llegar a un refugio de montaña y deleitarse con estos platos calientes y remediadores, acompañados de paisajes únicos entre picos de cerros y lagunas en alturas.

Los hongos de pino representan otro producto característico. Los bosques de pinos crean este valor agregado que se refleja en todas las cocinas. Los hongos se cosechan en otoño, cuando brotan de los bosques húmedos. Los chefs, impulsados por la pasión y vocación de servicio y deleite de los visitantes, salen a recolectarlos y luego realizan el proceso de secado y enfrascado, para respetar la conservación de este producto natural. Luego, se convierten en salsas, rellenos y son protagonistas de platos de sabores intensos, especiales.

El curanto es un alimento ancestral, de origen araucano, que fue traído a la región desde Chile por una de las familias más emblemáticas de Bariloche: la familia Goye. Este plato conlleva una ceremonia legendaria: se trata de hacer un pozo en la tierra donde se distribuyen piedras calientes, se tapa con grandes hojas de nalca o maqui, luego se distribuyen los productos y se tapan con más hojas, telas húmedas y tierra. Sí, se tapa la comida con tierra. Es un espectáculo recomendable de ver y, por supuesto, probar el resultado final de este método tradicional de los pueblos originarios de Chiloé y de la Polinesia. Los productos que se incluyen son variedad de verduras, carnes, pollo y cordero.

Para acompañar los platos siempre viene bien una buena cerveza artesanal y, la ciudad barilochense, es experta en esta materia. En Bariloche se producen una amplia variedad de cervezas artesanales desde hace casi 100 años. Por esta tradición, hace más de 3 años se realiza el Festival de la Cerveza Artesanal en el mes de febrero, donde las principales marcas exhiben sus productos con otros atractivos y distinciones particulares que hacen al evento tan característico y único. La propuesta cuenta con foodtrucks de distintos restaurantes de la ciudad y una agenda musical y artística imperdible cada año.

Cumplir con la tradición de tomar el té a las 17:00 hs. es una experiencia gastronómica que no puede faltar en una visita a la ciudad patagónica. Es una de las mejores actividades para disfrutar en familia, pareja o amigos y hay una amplia variedad de opciones para elegir de acuerdo a las posibilidades y preferencias de cada uno. Desde hoteles con lujosos salones hasta algunas con un estilo más hogareño. Algunas casas de té tienen vista a la montaña y lagos y ofrecen a los turistas una experiencia inolvidable. Bariloche está llena de estos exquisitos rincones que harán que te enamores y quieras volver. 

En las cartas de estos locales, hay opciones que incluyen frutos rojos, propios de la zona. Rosa mosqueta, moras, sauco, calafate, maqui y guindas se lucen en las preparaciones de mermeladas, dulces, rellenos y decoraciones de tortas.

Los helados artesanales son otro clásico. Muchas de las fábricas son anexos de las famosas chocolaterías y los sabores se destacan por su frescura, calidad y, muy importante, por la creatividad. Por supuesto que se encuentran los sabores clásicos, pero también muchas creaciones con productos locales, que despiertan emociones a través del paladar. Algunos sabores especiales tienen nombres ocurrentes como Sauco de la pasión (mousse de maracuyá con dulce de sauco), Patagonia mía, Frambuesa nevada, Mousse del Piltri, Crema de otoño, Calafate con leche de oveja, Glaciar de coco, entre muchos otros, que invitamos que conozcan en su recorrido por la calle Mitre y alrededores.

Finalmente, un producto estrella, que pocas personas escapan de estar atraídas a él. El chocolate. Es el preferido de los turistas, que ya vienen con la intención de llevarse su caja de chocolates de Bariloche como souvenir. La ciudad se destaca por los atributos de este producto: por su cremosidad y diversidad en tamaños, formas, rellenos, sabores y combinaciones y la gran oferta. Por este motivo, fue nombrada como la Capital Nacional del Chocolate y es sede de la Fiesta Nacional del Chocolate durante el fin de semana largo de Semana Santa, con una agenda repleta de actividades para toda la familia y la elaboración de la barra de chocolate más larga del mundo, siendo la última de 215 metros de longitud. 

Algunos precios (mayo de 2023): 

– Curanto, se prepara en Colonia Suiza los días miércoles, sábados y domingos. Únicamente al medio día. AR$ 6.500 para 2 personas o  5.500 para 1 persona.

– Plato de trucha patagónica a partir de AR$ 5.000, cordero a la cruz a partir de AR$ 5.500 (para compartir).

– Té completo con variedades dulces y saladas más infusiones: AR$ 6.000 para 2 personas. 

– Los helados en una heladería premium cuesta AR$ 4.400 por kilo. 

–  El kilo de chocolate premium en reconocidas chocolaterías se encuentra en AR$ 14.000. Hay ofertas a lo largo de la calle Mitre, a AR$ 6.500 por kilo. 

– Se gasta aproximadamente AR$ 4.500 por persona en cervecerías para una hamburguesa con una pinta. 

– Restaurantes de cocina de fuegos: desde AR$ 6.500 por persona.

– Comida en un refugio de montaña: desde AR$ 5.500 para una cena completa.  

– Plato principal y bebidas en restaurantes del centro: promedio de AR$ 4.500 por persona.

Fotos, relevamiento de precios e informe: Emprotur Bariloche. 
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