¿Cómo se viaja en los trenes argentinos de larga distancia?

Cuánto se tarda y cómo es el viaje que conecta Buenos Aires con algunos destinos del norte y el sur del país.

Muchos conocen ya el trágico devenir del servicio que supo ser el tren para nuestro país y no es el objetivo de esta nota decir lo que ya fue dicho, pero antes de empezar me gustaría hacer un poco de historia y arrojar algunas cifras para contextualizar. 

La red ferroviaria argentina comenzó a tenderse en la segunda mitad del siglo XIX. Luego de los trenes urbanos que empezaron a funcionar en Buenos Aires, otros tuvieron cabecera en Rosario. Los ramales llegaban desde el este del país al pie de Los Andes: y en menos de 50 años llegaron a tenderse unos 45.000 kilómetros de vías que conectaban buena parte de la Argentina, conformando una de las redes más extensas del mundo. 

La red ferroviaria argentina fue una de las más extensas del mundo.

De más está decir que en los comienzos no existía la separación entre trenes de carga y pasajeros que conocemos hoy. Tampoco entre locales y de larga distancia. De las antiguas conexiones internacionales con Uruguay, Bolivia, Brasil y Paraguay, solo queda esta última. Las líneas de pasajeros están actualmente reducidas a poco más de 4.500 kilómetros, un décimo de lo que eran. Aunque se diría que las cosas están remontando. Los principales destinos son ahora Tucumán (1253 kilómetros, 31 horas), Córdoba (730 kilómetros 19 horas), Rosario (300 kilómetros, 6:30 horas) , Mar del Plata (400 kilómetros, 7 horas) y Bahía Blanca (650 kilómetros, 12 horas)

Las líneas de pasajeros representan en la actualidad la décima parte de lo que eran.

Antes y ahora: la red de ramales de ferrocarriles de pasajeros en la Argentina. 

Más barato, más largo

-Viajar en tren es más barato que en micro o avión. A veces, mucho más barato (llegando a tres veces menos). En la Argentina el tren tiene la desventaja de ser lento. Incluso las nuevas formaciones de 2017 apenas si andan a 50 km/h en los tramos de máxima velocidad. Pero no es suficiente para desalentar a los viajeros: la relación precio-calidad parece funcionar.

-Para viajes de larga distancia en trenes operados por la empresa Trenes Argentinos, los pasajes se compran en las estaciones o desde el sitio: https://ventas.sofse.gob.ar/ventas/ventas.php, donde aplican los descuentos y beneficios nacionales. 

-Se recomienda no esperar a último momento para sacar los pasajes, ya que algunas líneas son muy demandadas y  los lugares se agotan rápido (especialmente en verano). 

-Se puede consultar la disponibilidad en el sitio, en los puntos de venta o por teléfono. Por lo general, en ciertas fechas se habilita la compra para los subsecuentes meses. 

-Hasta la misma fecha de partida hay reembolso en la devolución. 

-Algo a reconocer es que el servicio es sumamente puntual.

-Los nuevos trenes están climatizados todo el recorrido. Esto es, con aire acondicionado (incluso en invierno, por lo que quizás la noche pueda llegar a ser algo fría sin abrigo aunque sea verano).  

-Cada vagón tiene dos baños y dispensers de agua fría y caliente para tés, mates y cafés, así que mucha gente lleva pocillos o yerba para preparar.  

-Un vagón comedor abre varias veces al día según la duración del trayecto.  Los clientes pueden usar las grandes mesas con amplios ventanales (el lugar más cómodo del tren) y elegir entre desayunos, meriendas, el infaltable sandwich y un menú rotativo (así como bebidas), obviamente más costoso que en tierra. En precios de febrero 2018, $70 un sandwich (USD 3,5), $150 un plato principal (USD 7) y $40 (USD 2) un agua grande. 

Los vagones se dividen en 3 categorías: Primera, Pullman, y Camarote.

-Primera:  en realidad es la clase básica. La más barata, hileras de dos asientos a ambos lados del pasillo con asientos reclinables y mesitas desplegables. Los más altos no estarán muy incómodos.

-Pullman: No mucho más cara que Primera, los asientos se distribuyen de a uno y dos sobre el pasillo. Son más grandes, tienen más lugar para estirarse y dormir.

-Camarote: Compartimentos cerrados con dos camas marineras (una replegable) y ventana. 

El tren se detiene de 10 a 15 minutos en cada estación intermedia, y por las tardes suele haber vendedores ambulantes aguardando su llegada. Los clásicos son el completo de milanesa, la ensalada de frutas y (en el norte) las empanadas. Si se solicita, algún operador vendrá a anunciar las paradas nocturnas y de madrugada. 

Los nuevos trenes cuentan con medidas de seguridad para evitar repetir tragedias como la de Once, en la que un coche se abrió paso dentro de otro. Puertas automáticas y ascenso directo desde el andén (sin escalerilla) son otras de las novedades del recambio.  Eventualidades aparte, los viajes suelen ser tranquilos y bastante libres. Y si bien no hay forma de salir afuera entre paradas o con el tren en marcha, pero uno puede caminar a su aire por los pasillos y entre vagones. 

En definitiva, son viajes largos y tranquilos. Hay tiempo para pensar, hacerse un mate, conocer al vecino o jugarse unos partiditos de naipes. Los hurtos son cosa rara y no es extraordinario que viajen bebés o ancianos con poca movilidad.

Fotos: gentileza Trenes Argentinos

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