Mundo

Una vuelta por las estaciones más lindas del mundo

Históricas o ultra modernas, estas estaciones no son meros lugares de tránsito. Son también atractivos turísticos dentro de sus ciudades.

Algunas de las estaciones de ferrocarril de esta selección fueron construidas de manera monumental cuando el tren recién empezaba a circular por el mundo y representaba la concreción del progreso más absoluto. Otras son actuales y desafían los límites de la arquitectura en lugares público, deslumbrando a los usuarios. 

En la India: Chhatrapati Shivaji Station, Mumbay

El inmenso edificio fue construido en tiempos del imperio colonial británico en la India. Su diseño es una perfecta fusión entre las arquitecturas indias y el neo-gótico. La estación es uno de los mayores atractivos arquitectónicos de la gigantesca ciudad y fue inscripta en las listas del Patrimonio Mundial de la UNESCO. 

En Francia: Gare des Bénédictins, Limoges

Si el nombre de Limoges es conocido en el mundo entero por la calidad de su porcelana y de sus esmaltes, no es uno de los grandes destinos turísticos de Francia. Esta ciudad de mediana importancia en el centro del país se enorgullece, sin embargo, de su estación, regularmente nombrada como la más linda de Francia y a veces de Europa. Fue construida durante los años 1920 con una mezcla de los dos principales estilos de la época: el Art-Nouveau y el Art-Déco (en la foto de apertura de esta nota).

En los Estados Unidos: Grand Central, Nueva York

Esta terminal apareció en cantidad de películas y por lo general forma parte de los circuitos de visitas dentro de Manhattan. Los turistas se funden así en la perpetua muchedumbre que cruza en todos sentidos su inmenso hall, debajo de una inmensa bandera de Estados Unidos y de un gran reloj. El main concourse es un polo gastronómico con varios restaurantes y un mercado de productos gourmet. Es donde se encuentra el famoso Oyster Bar, el restaurante de ostras más famoso del mundo. 

En Finlandia: Helsingin rautatieasema, Helsinki

La estación central de la capital finlandesa es el punto de contacto más rápido y directo en Europa con la estación de San Petersburgo, en Rusia. De hecho, algunas indicaciones en sus andenes están escritas en ruso (además de las dos lenguas oficiales, el finlandés y el sueco). La extensión del ferrocarril en Finlandia fue iniciada bajo la dominación imperial ruso a fines del siglo XIX. La entrada al edificio está custodiada por dos gigantes, esculpidos en bloques de granito, la misma piedra empleada para el resto de la fachada y la torre del reloj. La estación tiene un gigantesco salón presidencial, exclusivamente reservado a viajeros oficiales. Había sido construido para el Gran Duque de Finlandia en tiempos de la dominación rusa. 

En España: Atocha, Madrid

Fue reconstruida luego de un incendio sobre el emplazamiento de la primera estación española. En su momento fue una de las más grandes del mundo. El edificio histórico fue reconvertido en espacio verde en 1992, cuando se inauguró el hub subterráneo. El hall es así un invernadero tropical plantado con palmeras y muchas especies exóticas de Asia, América Latina y Australia. 

En el Reino Unido: Saint Pancras, Londres

Es una de las mejores expresiones de la arquitectura neo gótica de la era victoriana. Es tan solo una de las terminales londinenses, pero cobró una cierta relevancia, a partir de 2007, cuando se convirtió en el punto de partida y llegada del Eurostar que conecta Inglaterra con el continente por medio del Túnel del Canal de la Mancha. 

En Egipto: Mahattat Ramses, El Cairo

Deslumbra con su hall central decorado como un palacio oriental de las Mil y Unas Noches. La primitiva estación (fue agrandada y mejorada varias veces y la última fue en 2011) era la cabecera del ramal entre El Cairo y Alejandria, el primero de Egipto y uno de los primeros fuera de Europa y América del Norte. El tren empezó a circular a partir de 1856 entre las dos ciudades. Debe su nombre a una estatua del faraon Ramses, que el dictador Nasser hizo levantar en la plaza frente a la estación. 

En Japón, estación de Kanazawa 

Japón y Suiza son los dos países que tienen las mayores redes de ferrocarril en todo el mundo. El tren tiene una importancia muy relevante en todo el archipiélago. Pero no por esto las estaciones niponas se destacan por su monumentalidad. Fueron construidas antes que nada para permitir la circulación de gigantescos flujos de pasajeros. Es en Japón incluso que se encuentra la estación más transitada del mundo (la de Shinjuku, en Tokyo, por donde pasan más de 3,5 millones de personas cada día). Sin embargo, la de Kanazawa se destaca muy por encima de las demás. Aquella ciudad conservó un importante patrimonio arquitectónico de la era Edo. Su estación se integra perfectamente gracias a su arquitectura de inspiración tradicional y a un gran torii (pórtico ritual) en su entrada. Como todas las estaciones de Japón es también un centro de vida y de compras con una multitud de tiendas. Vale destacar que produce su propia energía gracias a paneles solares sobre su techo. 

En Nueva Zelanda: Dunedin Railway Station, Dunedin

No se destaca por su tamaño sino por su arquitectura, transplantada de la lejana Escocia a orillas del Pacifico Sur. Es el mayor monumento de esa pequeña ciudad costera de la Isla del Sur. El edificio está puesto en valor por jardines públicos frente a su fachada. No muy lejos de la estación se encuentra la calle más empinada del mundo, en un barrio residencial de Dunedin. 

En Bélgica: Antwerpen Centraal, en Amberes

Está todo dicho cuando se sabe que los locales la llaman "la catedral del ferrocarril". El edificio es gigantesco y sus constructores no escatimaron en nada para que sea uno de los más lindos del mundo: escaleras, paredes cubiertas por placas de mármol y sobre todo un inmenso techo vidriado que fue una hazaña técnica al momento de su construcción, a fines del siglo XIX. Fue encargada por el rey Leopoldo II en persona, sobre la base de la estación de Lucerna, en Suiza. Fue varias veces elegida como la estación más linda del mundo y recibió también el Gran Premio del Patrimonio Cultural Europeo. 

En Portugal: Porto-São Bento, en Porto

No es la más espectacular de Europa, pero tiene varias características que la hacen única. Ocupa el solar de un antiguo convento y sus paredes cuentan la historia del Portugal medieval con grandes frescas de azulejos. 

En Malasia: la estación de Kuala Lumpur 

Es la construcción más extraña de esta lista. Su diseño mezcló varias influencias occidentales y asiáticas y sus creadores le sumaron también torres que recuerdan los minaretes de las mezquitas (Malasia es un país mayoritariamente musulmán). 

En Australia: Melbourne-Flinders Street, en Melbourne

La antigua capital australiana conserva como un precioso monumento su estación de ferrocarril de la era victoriana. Lleva el nombre de la calle que la bordea, en el distrito histórico. Se destaca no solo por su arquitectura sino también por su color de un tono ocre. Fue construida en 1854 y es donde partió el primer tren de Australia y del hemisferio sur. 

En Bélgica: Liège-Guillemins, en Lieja

Es una obra maestra de arquitectura moderna, realizada por el español Santiago Calatrava Valls. Fue inaugurada en 2009 y necesitó más de diez años de obras. En muy poco tiempo se convirtió en el edificio de la ciudad más fotografiado y compartido en redes. Su arco vidriado constituyó un desafío para los constructores. 

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