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Un chapuzón cálido en Altos del Arapey

Un all inclusive para disfrutar baños termales mimados por la calma uruguaya. Gastronomía, golf y aventura.

El curso del río Uruguay no solo es una maravilla de la naturaleza en la superficie: también lo es por debajo, donde nuestros ojos no alcanzan a ver la extraordinaria riqueza de las fuentes de aguas minerales y cálidas que nacen a ambos lados de la frontera que divide Uruguay de la Argentina. Son muchos los complejos termales a lo largo del río, desde Gualeguaychú hasta Concordia y Federación por mencionar solo el lado argentino.

Pero quien quiera disfrutar de las aguas termales rodeado del mejor complejo hotelero de la región tiene que completar el viaje cruzando la frontera -a la altura de los puentes de Colón o Concordia- y llegar hasta las termas del Arapey, a unos 60 kilómetros de la ciudad uruguaya de Salto y a menos de una hora de la frontera con Brasil. La ubicación misma ya lo sitúa como una suerte de minicentro internacional, donde se dan cita turistas argentinos, uruguayos y brasileños en su mayoría. Muchos de ellos habitués que saben lo que buscan: descanso, confort, gastronomía de primer nivel y un entorno rural que se reparte entre la tranquilidad y la aventura.

Una vista de Altos del Arapey

Un gran hotel termal

Salto queda atrás cuando se viaja hacia las termas del Arapey. Quienes la visiten, sin embargo, sabrán que se llama así por el Salto Chico, un fenómeno que impide seguir remontando el río. Y sabrán que aquí nació el escritor uruguayo Enrique Amorim (a su vez el novelista peruano Santiago Roncagliolo reconstruyó su historia, afirmando que fue amante de Federico García Lorca y hasta imagina en su libro El amante uruguayo que se trajo hasta aquí los restos del poeta granadino). 

Desde Salto, el camino sigue por rutas pequeñas, de señalización a veces antigua y con estaciones de servicio que parecen detenidas en el pasado. Por aquí están los pueblos de Villa Constitución y Belén, un pequeño caserío que cuenta con un mural desconocido del artista uruguayo Carlos Páez Vilaró. 

Nada que haga presagiar que de pronto el viajero se encontrará ante la gran mole de uno de los hoteles más modernos y completos de Uruguay: Altos del Arapey, un all inclusive cinco estrellas de 156 habitaciones y suites, con terrazas, balcones y vistas panorámicas a las piscinas y al río, o al campo de golf. El hotel cuenta con ocho piscinas de agua termal -seis abiertas y dos interiores- y un amplio jacuzzi exterior. La piscina con bar donde los expertos preparan tragos de todo tipo, sin que haya siquiera que salir del agua, es uno de los lugares favoritos de los huéspedes. Todo se alimenta gracias a un pozo termal propio, con aguas que surgen a 40º. Las habitaciones del hotel cuentan asimismo con agua caliente termal. No menos apreciadas son las mesas de su servicio all-inclusive, que abarca el desayuno, almuerzo y cena con diferentes "islas" de platos fríos, ensaladas, pastas, parrilla, pescados y postres, hasta la merienda y tragos en la piscina.

El buffet

Habitaciones del hotel

Habitaciones del hotel

Las instalaciones comprenden salón de eventos, un lujoso spa, campo de golf de 18 hoyos y una pista de aterrizaje para helicópteros y pequeños aviones. También cuenta con gimnasio y sala de lectura. Su equipo de animación propone además actividades diarias: caminatas guiadas por la zona de Arapey, paseos “safari” en jeep por el pueblo -se llega hasta el puente de hierro que los ingleses construyeron para cruzar el río- y la zona boscosa cercana, cabalgatas y paseos en kayak por la laguna. Por las noches, hay proyecciones de películas en el microcine y encuentros de karaoke.

Paseos en jeep

Altos del Arapey -subraya su gerente Roberto Siegfried- “es el único hotel de Uruguay que conjuga termas, golf, spa, un centro de eventos y alta gastronomía. El spa además se basa en tratamientos de la renombrada Clínica Aslan”.

El pueblo mismo de Arapey está muy cerca: es en realidad un caserío pequeño nacido en torno a las aguas termales, embellecido por los jardines flotantes sobre el río, un parque público donde se integran agua, plantas y flores con una función muy particular: permitir que el agua caliente termal se vaya enfriando progresivamente antes de volver al río, para no afectar el ecosistema de la región. "Estos jardines -explica a su grupo Marcelo, uno de los guías de Altos del Arapey que recorren el pueblo- no solo sirven como decoración: en realidad, permiten devolver al río las aguas termales, pero ya enfriadas para que no dañen la fauna fluvial. En el complejo hotelero cumplen la misma función una serie de lagunas que rodean el lugar y donde es frecuente el avistaje de aves cada atardecer.

Las lagunas que rodean el hotel

Allí mismo están el complejo termal, que nació en torno a los años 40 cuando Uruguay buscaba industrializarse y aspiraba a descubrir petróleo: lo que apareció no fue le oro negro, sino un agua cristalina y cálida que terminaría haciendo su riqueza de otra manera. Eran las aguas del Acuífero Guaraní, a una temperatura promedio de 39 grados. Hoy es notable el contraste entre los 150.000 turistas que llegan anualmente para disfrutar las aguas termales de Arapey y la población permanente, que no supera los 300 habitantes. 

Los jardines flotantes

Víctima de su error

Los huéspedes de Altos del Arapey que recorren el pueblo suelen preguntar qué significa la tumba, ubicada a pocos metros de la orilla del río Uruguay, que reza en la lápida “Víctima de su error". Eso es todo: no tiene nombre siquiera, y este detalle solo aumenta la curiosidad del viajero. Cuenta la historia -y la leyenda- que aquí fue enterrado el soldado Estanislao Silva, que fuera ejecutado en 1903 por un delito grave. No se sabe muy bien si fue un robo, una pelea, ni qué pasó exactamente: pero Silva al parecer mató a un compañero y ocultó su cuerpo. Unos días más tarde, sin embargo, pasado de copas contaría su secreto y terminaría condenado a muerte por el homicidio. Eran los tiempos en que el presidente José Batlle y Ordóñez abolía la pena capital en todo el país: fue así que Silva debió haberse salvado, pero la lentitud de las comunicaciones impidió que la noticia se conociera en Salto, y el soldado terminó convertido en el último ajusticiado uruguayo. 

Promoción en julio

Durante el mes de las vacaciones de invierno, Altos del Arapey invita sin cargo hasta a dos niños de hasta 12 años (compartiendo habitación con dos adultos). Para ellos dispone de un Kids Club donde el equipo de recreación organiza distintos talleres (pintura, títeres, manualidades) y actividades como bailes, pesca, futbolito, entre otros. Los chicos también tienen a disposición una sala con Wii y PlayStation.

Web: Altos del Arapey

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