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Ocho lugares donde nacieron los mitos griegos

Son sitios arqueológicos y naturales donde toman cuerpo varios de las historias mitológicas de la Grecia antigua. 

Los antiguos dioses, los héroes y los personajes mitológicos siguen recordados por una infinidad de lugares de Grecia y de Asia Menor (la actual Turquía). Durante una visita al país de la cultura que desarrolló la filosofía y las matemáticas, es posible ver algunos de los lugares donde Hércules tuvo que realizar sus trabajos sobrehumanos o el río de los Infiernos. Los mitos griegos están vinculados a sitios que fueron identificados y estudiados a lo largo de los siglos. Y en esta nota, presentamos una selección de ellos.

El Cabo Sunio: donde Egeo se tiró al mar

Es seguramente uno de los lugares más perfectamente hermosos en todo el Mediterráneo (en la foto de apertura). Este cabo se encuentra a unos 65 km al sureste de la ciudad de Atenas. El cabo rocoso domina el mar desde sus 60 metros de alto. El escenario natural es embellecido por las ruinas de un templo dedicado a Poseidón, que fue construido hace más de 2.500 años. Es un lugar magnífico para admirar el Mar Egeo, y más especialmente al atardecer. El Cabo Sunio es renombrado por mostrar las más hermosas puestas de sol de todo el este del Mediterráneo. Es donde el rey Egeo se tiró al mar y se ahogó, cuando pensó que su hijo Teseo había sido vencido y matado por el Minotauro en Creta. Desde entonces, la porción del Mar Mediterráneo entre Grecia y Asia lleva su nombre. 

Ítaca: la patria de Ulises

Esta pequeña isla pertenece al archipiélago de las Islas Jónicas, en el oeste de Grecia. Lleva ese mismo nombre desde la Era Antigua y los poemas de Homero. Fue el reino de Ulises, el lugar a donde quiso volver luego de la Guerra de Troya. Su viaje tardó veinte años y dio lugar a la primera Odisea de la humanidad. Al igual que su patria, muchos de los lugares que visitó Ulises a lo largo de su periplo fueron identificados, como el estrecho de Escila y Caribdis que es en realidad el de Mesina, entre Sicilia y Calabria, en el sur de Italia. Ítaca es un destino turístico importante y su capital Vahti (en la foto) fue construida en el fondo de una bahía natural que es considerada como uno de los mejores refugios marinos del mundo. 

Si bien la actual isla lleva el nombre del reino de Úlises, algunos historiadores y arqueólogos piensan que el héroe habría podido reinar sobre alguna de las islas vecinas, Cefalonia o Leúcade. 

El Pelión: la morada de los centauros

Esta montaña fue considerada en los tiempos antiguos como la más alta del mundo. Mide un poco más de 1.620 metros de altura. Desde siempre fue cubierta por un denso bosque que servía de refugio al pueblo de los Centauros. Aquellos seres que tenían la apariencia de un hombre pero las cuatro patas de un caballo eran tan fuertes como sabios. Y muchos personajes míticos viajaron al Pelión en busca de sus consejos, y más especialmente de los de Quirón. Hércules, Teseo, Jasón, Ulises, Aquiles y varios otros subieron las empinadas laderas del Pelión en busca de los centauros. JK Rowling seguramente se inspiró en esta montaña y sus bosques para crear al personaje de Firenze, el centauro que vive en lo más profundo de la Selva Prohibida en la saga de Harry Potter... 

Cnosos: el palacio del Minotauro

Creta fue la cuna de las una de las civilizaciones antiguas más desarrolladas. En su capital, Cnosos estaba el primer Laberinto de la historia. Había sido encargado por el legendario rey Minos, para encerar el Minotauro, un hombre con cabeza de toro. Cada nueve años, la ciudad de Atenas mandaba 14 jóvenes que terminaban devorados por el monstruo. Este horrible sacrificio perduró hasta que Teseo, el hijo de rey Egeo, pudo matar al Minotauro y logró salir del Laberinto gracias al hilo que le regaló Ariadna, la hija de Minos. El palacio de Cnosos fue descubierto por arqueólogos a principios del siglo XX y mostró el increíble nivel de desarrollo que había alcanzado la civilización cretense. Las mil habitaciones del palacio dieron origen al mito del Laberinto. 

Díon: el punto de partida de Alejandro Magno

La ciudad y el santuario de Díon, dedicado a Zeus, habían sido construidos en las cercanías del Monte Olimpo, donde se situaba la morada de los antiguos dioses griegos. Su importancia era muy grande en toda Grecia, pero más especialmente en Macedonia, un reino helénico del norte de la Península. Es donde se organizaban regularmente encuentros y competencias de teatro, música pero sobre todo deportivas. Díon es también el lugar desde donde Alejandro, hijo de un rey macedonio, partió a la conquista del imperio de los persas. 

El río Aqueronte: hacia los infiernos

Ese curso de agua se abre entre las montañas del noroeste de Grecia. Sus aguas realzan hermosos y apacibles paisajes. Su belleza contrasta con el papel que le daban los antiguos griegos, que consideraban que su curso llevada a las puertas del Infierno. Las almas eran transportadas por la barca de Caronte hasta el reino de Hades. 

Delfos: el centro del mundo

Este sitio es uno de los más visitados de Grecia. En medio de las montañas, las ruinas de un importante centro espiritual recuerdan a la Pitonisa, la más famosa de las videntes del mundo antiguo. Entregaba profecías durante nueve meses al año y era consultada desde todo el mundo helénico. 

Nemea: donde Hércules venció al león

En el mundo antiguo, había más diversidad que en la actualidad y había leones en Asia Menor y hasta en las montañas de Grecia. Es por esta razón que uno de ellos se convirtió en un animal legendario, que aterrorizaba la población de Nemea, una localidad del Peloponesio. El usurpador Euristeo le impuso a Hercules librar a los habitantes de Nemea de aquella bestia. El semidios logró estrangularlo, cumpliendo así con uno de sus "Doce Trabajos". Luego de su muerte, el león fue elevado al cielo por los dioses del Olimpo y forma desde entonces la constelación que lleva su nombre. Hay muchos vestigios para conocer en Nemea y más particularmente los restos de las instalaciones de los juegos nemeos y un templo dedicado a Zeus. 

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