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La Semana Santa vuelve a las calles de Granada

La magnífica ciudad andaluza organiza una de las más vibrantes celebraciones pascuales en toda Europa.

La Semana Santa es un recipiente luminoso lleno de sensaciones contradictorias que se desborda todas las primaveras. ¿Ingredientes? Pasión y ascetismo; recogimiento y desorden; sufrimiento y gozo; rezo y turismo; muerte y resurrección… Todo concentrado en un periodo tan proclive a la luz como a las tinieblas; al sol como a la lluvia torrencial; a la abstinencia como a la sustanciosa cocina de vigilia. Y que este año, además, retorna a nuestras calles con todo su poder de seducción tras dos años de contención sanitaria. Todo está listo: cofrades, cuadrillas, vírgenes, crucificados, túnicas, velas, sandalias, cruces, tambores, báculos, incienso, templos, cíngulos, costaleros y bacalao.

Una guía de sugerencias para adentrarse en la Semana Santa de Granada pasa también por esa especie de potaje de Cuaresma: mezcla deliciosa y perturbadora de tallas, paisajes y un punto de deseo primaveral. Aquí va la muestra:

Fervor en cada barrio

El embrujo de Granada, la belleza plástica de sus rincones es inseparable de la Semana Santa. Difícilmente se puede entender el magnetismo de los desfiles sin el entorno que los envuelve. Cofradías del Albaicín que merecen atención de propios y extraños: La Aurora, que baja de la plaza de San Miguel Bajo; la Concha, que parte de la pintoresca placeta de la Concepción; la Estrella, que serpentea por el barrio como una guirnalda de emociones. El Silencio, que para hasta los pulsos en la Carrera del Darro cada medianoche del Jueves Santo; Las Maravillas, que corteja el cauce del río. Y la del Sacromonte: El Cristo de los Gitanos, entre fogatas. El Cristo de los Favores, a las tres de la tarde en el Campo del Príncipe…

Por el centro va la cofradía de la Soledad, la de las chías, gigantes y luctuosas; El Cristo de San Agustín y el de la Expiración, detenido frente a la Catedral. Los pasos que llegan desde los barrios, como la Lanzada. 

Celebraciones y procesiones

La Semana Santa granadina es una de las tradiciones más arraigadas en la ciudad y la que cuenta con mayor número de visitantes, por ello ha sido declarada de Interés Turístico Internacional. Treinta y cuatro cofradías realizan su salida procesional de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección.

Su gran característica es la valía artística e iconográfica de las imágenes que se procesionan, con tallas de Pablo de Rojas, José de Mora, Risueño o Torcuato Ruiz del Peral.

Otra seña de identidad de la Semana Santa granadina son sus escenarios. La Catedral, una joya de la arquitectura renacentista, de Diego de Siloé, es el centro de la parte religiosa. Pero durante las procesiones se pueden ver y recorrer entornos que le aportan un valor estético extra: el Albaicín, el Paseo de los Tristes, la Carrera del Darro y hasta la Alhambra.

Internacionalmente conocidas son las procesiones de los Gitanos, con la subida al Sacromonte de las imágenes entre saetas y hogueras; la del Silencio, en la que se apaga el alumbrado público de las calles por las que pasa; y la de la Alhambra, con su recorrido por el monumento nazarí y el paso por la conocida Puerta de la Justicia.

Además, la Semana Santa de Granada tiene una celebración única: el rezo a las tres de la tarde del Viernes Santo, la Hora Nona, en el Campo del Príncipe, donde se recuerda la muerte de Cristo ante la imagen pétrea del Cristo de los Favores. Miles de personas acuden a este lugar llamados por la tradición.

La parte religiosa y festiva se complementa con una gastronomía especial, con los tradicionales dulces (roscos, pestiños, leche frita, empanadillas) y los platos guisados con bacalao, imprescindibles en esta fiesta.

Informe y fotos provistos por la Oficina de Turismo de Granada. 

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