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Globos terráqueos: la mayor colección del mundo en un museo de Viena

Se exhiben 240 piezas desde el Renacimiento hasta nuestros días. Algunas fueron realizadas por Mercator en persona.

Todos los viajeros del mundo soñaron alguna vez frente a las líneas de un globo terráqueo y lo hicieron girar para ver desfilar el mundo e imaginar sus bellezas y su diversidad. Esos hermosos objetos nos muestran además nuestro planeta tal como es, a la diferencia de los mapas que siempre sufren distorsiones. Los continentes y los mares tienen un tamaño fiel a la realidad sobre un globo, a la diferencia de las proyecciones impresas en 2D. 

Los globos terráqueos son, hoy día, objetos comunes que se suelen regalar a niños o estudiantes. Pero en el pasado eran artefactos de lujo, tan caros que solo se los podían permitir reyes o miembros de la alta aristocracia. El Museo de los Globos, en el centro de Viena atesora la mayor colección del mundo. Las piezas que exhibe con casi todas anteriores a mediados del siglo XIX. Nos muestran como evolucionó la geografía y el conocimiento de nuestro planeta desde el Renacimiento y hasta nuestros días.

Los primeros globos, realizados luego del descubrimiento de las Américas, eran instrumentos científicos y obras de arte al mismo tiempo. Los globos terráqueos eran muchas veces completados por otros que mostraban la posición de las estrellas y de las constelaciones en el cielo, bajo todas las latitudes exploradas. Los geógrafos fueron durante mucho tiempo también astrólogos, como se aprende durante la visita. 

El Globenmuseum es único en el mundo. Se lo encuentra en un elegante palacio, a poca distancia del castillo de Hofburg, donde se encuentra el museo dedicado a la emperadora Sissi. 

El globo terráqueo y el globo celestial realizados por Vicenzo Coronelli. 

Un museo único en todo el mundo

Cada capital o gran ciudad tiene su biblioteca, más o menos importante. Y la de Viena es particularmente deslumbrante. En los salones de aquellas instituciones, siempre hay un globo terráqueo puesto en evidencia. Pero el único museo dedicado a este artefacto se encuentra en el corazón de la Viena Imperial. Los objetos exhibidos están acompañados por una completa documentación que presenta en detalle su evolución, las exploraciones que permitieron su realización y las técnicas de su confección. Algunos de los primeros jamás creados son monumentales y nos muestran como se percibía el mundo, durante el Renacimiento, mientras se iban efectuando los grandes viajes de exploración desde los principales puertos de Europa Occidental. 

Los más antiguos son del siglo XVI, como los del cartógrafo Mercator (de 1541 y 1551) o él de Gemma Frisius (1536, el más antiguo de la colección y el más antiguo conservado en Austria). Los más hermosos son los del monje enciclopedista y geógrafo veneciano Vicenzo Coronelli, realizados para Leopoldo I, emperador del Santo Imperio Romano Germánico a fines del siglo XVII. 

Grabado de un cartógrafo del Renacimiento trabajando en la confección de un globo. 

Durante el siglo XX, el museo fue instalado en varios lugares e incluso en el Palacio Hofburg, hasta llegar a su emplazamiento actual en 2005. Se puso la colección en valor con una museografía moderna y muy completa, con muchos paneles informativos y documentos. 

Se aprende, por ejemplo, como se fabrican los globos actuales y que además de las esferas que solemos asociar con ese objeto, hay también versiones plegables o inflables. Algunos son gigantescos y otros más chicos que una pelota de ping-pong. El más antiguo del museo es el de Frisius (del año 1536) y el más grande es de Coronelli (110 cm de diámetro, instalado sobre un imponente pedestal). También se exhiben máquinas que muestran como los planetas de nuestro sistema giran al rededor del sol. 

El Globenmuseum recibió la colección de los emperadores austríacos y donaciones de algunos de los principales coleccionistas. Exhibe actualmente unas 240 piezas, que representan la Tierra, pero también la Luna, Marte y el cielo. 

Globenmuseum: Herrengasse 9, abierto de 10 a 18.00 hs todos los días. La entrada cuesta 5 euros por persona (hay reducciones con la Vienna City Card). En el mismo edificio funciona el Museo del Esperanto. 

El museo exhibe unas 240 piezas, pero tiene muchas otras en sus reservas y su patrimonio total sería de unos 600 globos en total. La gran mayoría fueron realizados antes de 1850.

Foto de apertura: Oficina de Turismo de Viena. Otras fotos: Pierre Dumas. 

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