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Isla Queimada: prohibida con o sin confinamiento

A pesar de lucirse como un paraíso tropical, es un lugar que no querrás visitar nunca en tu vida, aún cuando se hayan levantado las restricciones para el turismo. 

La Isla de Queimada Grande está a unos 145 kms al sur de la costa de San Pablo, en el Océano Atlántico. Es un lugar que nadie quisiera pisar jamás, a pesar de lindo paisaje que forma este pedazo de tierra que sobresale del mar, cubierto por un bosque tropical. 

Queimada Grande es de todas maneras un territorio prohibido que solo unas pocas personas especialmente autorizadas pueden visitar durante contadas ocasiones. Son por lo general biólogos que vienen a estudiar la colonia de 4.000 serpientes de la especie Jararaca-ilhoa que vive sobre la isla.

Es uno de los ofidios más letales del planeta y su veneno mata a una persona en menos de una hora luego de atroces sufrimientos. 

Cinco veces más letales

Estas serpientes son de color amarillo y pueden medir hasta dos metros de largo. Están sobre la isla desde siempre aunque una leyenda local afirma que fueron llevadas por unos piratas que quisieron proteger el tesoro que escondieron. Los científicos estiman más bien que hasta hace unos 12.000 años la isla estaba conectada por tierra firme al resto del continente. Y cuando el nivel de los mares subió al fin de la última Era de Hielo, quedó aislada junto a la colonia de serpientes que la habitaba. Aquella especie evolucionó de manera distinta a las que se quedaron sobre el continente y prosperó al no tener ningún predador. Pero no tenían tampoco otras presas que las aves que venían a anidar en los árboles de la isla. Las Jararacas desarrollaron entonces un veneno cinco veces más potente que él de sus "primas" del continente, para que las aves mordidas se mueran en el lugar y no tengan la posibilidad de volar luego de ser heridas. 

Humanos entre serpientes

Hay un faro en un extremo de la isla, como lo muestra la foto de apertura de esta nota. Y algunas personas lo habitaron para hacerlo funcionar, a principios del siglo XX. Los últimos guardianes se fueron en los años 1920 y se dice que uno de ellos pereció junto a toda su familia cuando unas serpientes se introdujeron en la torre por una ventana abierta. 

Veneno y contrabando

El veneno de las serpientes de Queimada Grande es tan potente que "derrite" la carne de la presa. Aunque este tratado inmediatamente después de una mordedura, un humano puede morir en el 70% de los casos. El veneno tiene de todas formas un efecto irreversible para os que se salvan y afecta los riñones, provoca necrosis en los tejidos musculares y hemorragias cerebrales o intestinales. 

Por esta razón, se considera la isla de Queimada Grande como uno de los lugares más peligrosos del planeta. Y cada expedición de investigación científica (o las de la Marina que hace un service anual del faro) tiene que contar con la presencia de un médico. Las pocas personas que la visitaron pudieron censar una serpiente por metro cuadrado en ciertas zonas.

Los únicos que abordan la isla sin miedo son los "biopiratas" que cazan las víboras para recolectar su veneno y venderlo ilegalmente a laboratorios. También capturan ejemplares que cotizan hasta US$ 30.000 en el mercado negro del contrabando de fauna exótica. Por esta razón, las Jararacas ilhoas son menos abundantes ahora que en el pasado y podrían estar en peligro de extinción en el futuro. 

Sobre el continente, las víboras Jararaca do Norte son los parientes más cercanos de las de la isla, pero no comparten el mismo color amarillento. Son más bien marrón, beige o gris. Provocan el 90% de las mordeduras en Brasil. 

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