Entrevistas

Petr Lutter, Oficina de Turismo de la República Checa.

"Tenemos la buena suerte de tener a Praga"

Petr Lutter es el Director de la Representación para América Latina de la Oficina de Turismo de República Checa.

¿Qué conocen los viajeros sobre la República Checa?

La gente conoce Praga. Nosotros somos un destino con la buena y mala suerte a la vez de tener a Praga. La buena es porque la conoce todo el mundo; la mala es que -como a veces no la vinculan con el país, o como es un país relativamente pequeño- mucha gente cree que tenemos Praga y nada más.

Lo que sí nos gusta mucho y nos da gran alegría es que muchos argentinos saben que República Checa es un destino bonito, pero tal vez no tienen tan claro cuántos días quedarse, o qué tan lejos son los lugares fuera de Praga.

Saben que Praga es bonita, saben que hay lugares como Karlovy-Vary o Cesky Krumlov que son bonitos, pero quizá para organizar un viaje necesitan un poco de ayuda: cuánto tiempo quedarse en Praga; cuánto tiempo se tarda en llegar a Karlovy Vary, cuánto a Cesky Krumlov, qué es lo que se puede ver, cuál es la mejor época para viajar, el tema del dinero -porque no manejamos euro sino corona checa- y dónde se puede cambiar... Todas esas son preguntas la mitad prácticas y la mitad para organizarse mejor. Para no perder tiempo al viajar a un destino europeo por cuenta propia, organizándose el itinerario de tal forma que cada día, cada hora, se pueda conocer algo. Porque es cierto: uno mira el mapa y parece cerca en kilómetros, pero en bus, tren o transporte público se puede tardar mucho más. Entonces toda la información práctica para visitar República Checa es lo que la gente más pide. Hay mucha gente que siempre nos contacta por redes sociales, como el chat de Facebook, y si quieren tener una experiencia diferente, con lugares no tan comunes, recomendamos que consulten nuestro blog, www.destinochequia.com, donde de forma periodística presentamos varios destinos, algunos conocidos y otros no. Praga por ejemplo está con diferentes ángulos, no el centro histórico sino más bien la zona donde viven los checos. También tenemos una sección donde presentamos a los guías, o a los latinos que viven en Praga para que den consejos a los que viajan, con tips de restaurantes, tips de destinos que se pueden visitar cerca de Praga y cosas así.

¿Cuántos días como mínimo debería prever el que va por primera vez? ¿Y qué lugares no debería perderse?

Eso es muy personal. Pero bueno: Praga, mínimo tres días, recorriendo el Castillo, el Puente de Carlos, la Plaza de la Ciudad Vieja, tal vez quedará un poco de tiempo para escaparse del centro histórico. Praga tiene sus cafés de toda la vida en el centro histórico, pero los nuevos, los que experimentan, los que hacen sus facturas modernas, sus nuevos cafés, están fuera del centro histórico: entonces pasar un día por Karlin, por el barrio de Zizkov, o de Vinohrady, puede abrir el abanico para descubrir una Praga diferente, no la clásica, más llena de turistas. Eso ya son tres días. Y luego, si querés conocer -depende de tu tiempo, puede ser de dos tres días hasta una semana- la República Checa tiene la ventaja de que Praga está en el centro del país y las distancias son cortas. Así que hay muchos lugares que se pueden visitar como excursión de un día desde Praga si no se quieren hacer las valijas o contratar un hotel.

¿Por ejemplo?

Es muy popular la ciudad de Pilsen, con sus fábricas de cervezas y el centro histórico. Son 90 kilómetros de Praga, que se pueden recorrer en tren o en bus. Otra ciudad ya conocida es Karlovy Vary, que son 120 kilómetros, unas dos horas de viaje: para ir por cuenta propia mejor ir en bus y luego regresar en el día. Cesky Krumlov está un poco más lejos, 170 kilómetros y dos horas de viaje. Aquí sí recomendamos pasar una noche, porque como la ciudad es de la época renacentista, gótica, los hoteles son chicos, los edificios antiguos tienen 700-800 años, la experiencia de una noche va a enriquecer mucho más que si solo se va y vuelve de Praga. A unos 100 kilómetros de Praga hay un lugar que se llama Paraíso Checo: es como un sistema de ciudades que llamamos "ciudad rocosa", pero en realidad son parques naturales donde hay como rocas que tienen hasta 100-200 metros de altura y entre ellas se abren caminos para descubrir la naturaleza de ese lugar. También hay varios castillos. Algunas empresas hacen excursiones en el día desde Praga, un día bastante completo, con comida, castillos y naturaleza.

Si la gente quiere conocer un poco más el tema de folklore, costumbres, tradiciones, e incluso la parte religiosa de la República Checa, tienen que ir al este, a la región histórica que se llama Moravia, donde recomendamos Olomouc. Hay un tren rápido, en 2,15 horas desde Praga: aquí está la sede del arzobispado, el Museo del Arzobispado, iglesias, catedrales. Es la excapital de Moravia y es Patrimonio de la Humanidad.

Además 90 kilómetros al sur está Brno, a 200 kilómetros de Praga, unas dos horas y media en tren. Brno es la ciudad que mezcla lo histórico con lo moderno, hay una movida nocturna con bares, restaurantes, cervecerías. También es Patrimonio de la Humanidad, pero Brno mezcla lo antiguo con lo moderno: el castillo de Spilberk por ejemplo es muy bonito, tiene en los sótanos las celdas donde se encontraban los presos políticos del Imperio Austro-Húngaro. Tiene una curiosidad, las campanas de la iglesia anuncian las 11 y no las 12, porque según una leyenda cuando la ciudad estaba sitiada por los suecos, el general sueco dijo: "Si mañana antes de las 12 no entramos en la ciudad, nos vamos”. Y al día siguiente cuando estaban a punto de conquistarla, algún ciudadano que escuchó lo que dijo el general se le ocurrió que podía tocar las campanas ya a las 11. Los suecos pensaban que eran las 12 y se fueron.

Y luego, si a la gente le gusta el vino, República Checa tiene sus propios viñedos. Sobre todo el vino blanco es muy bueno, muy premiado. Hacia la frontera con Austria y más allá está Pálava, la región vitivinícola más importante de la República Checa: allí pueden visitar dos palacios y en uno de ellos está el Salón Nacional de Vinos Checos, donde cada año se depositan los mejores vinos y se puedan catar o comprar. Es posible además combinar el vino checo con un restaurante, o con la música local.

¿Y el destino favorito de Petr Lutter es…?

Dos. Uno por su legado histórico, por su belleza, porque es una ciudad muy coqueta donde te perdés en las calles y te vas muchos años atrás: es Cesky Krumlov, a 20 kilómetros de donde yo nací, de modo que tengo una relación personal. Pero la ciudad donde voy, o donde llevaría a mis amigos de América Latina, sería Brno definitivamente. Es una ciudad que vibra, es muy difícil explicar qué es pero cuando uno está ahí de alguna forma la gente, la historia, la modernidad, le dan una magia muy especial. No es como Praga, donde están todos los monumentos, pero el ambiente, la gente sobre todo... hay una rivalidad entre Praga y Brno, muy grandes, pero Brno es una ciudad estudiantil y se nota: sobre todo por las noches, las calles viven, hay mucho sentido del humor. Creo que para los latinos puede ser una buena puerta hacia Europa Central.

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