Entrevistas

Pedro Fernández / Castillo de Dionisio

El Castillo de Dionisio es uno de los iconos del Castillo de Dionisio en Santa Veracruz, La Rioja. Conversamos con su dueño, Pedro Fernández.

¿Cómo llegó a este lugar tan remoto?

Soy guía de turismo, originario de Buenos Aires, y conocí esta región y esta casa gracias a mi trabajo. Hace cinco años que vivo aquí ya (en 2015, NDR). Compré la propiedad a los herederos de Dionisio Aizcorbe, que había fallecido en diciembre de 2004. Su casa había estado abandonada durante varios años y empezaba a degradarse. Sin contar con que había sido saqueada y muchos objetos -libros y muebles principalmente- fueron robados.

¿Quién era Dionisio?

Era una persona muy especial. Había nacido en la provincia de Santa Fe y había llegado a La Rioja para instalarse como carpintero en Tinogasta. En el año 1973 compró esta parcela en Santa Veracruz, un pequeño pueblo encima de San Pedro, al pie de las montañas, en una región que se llama la Costa Riojana, porque es una meseta que bordea un cordón montañoso, como una costa bordea un mar. Era un místico, pero de mucha cultura, y muy leído. Su biblioteca era muy grande y lamento que se haya perdido. Pude rescatar solo una pequeña porción, que exhibo en una pieza de la casa. Dionisio era también filosofo, pero autodidacta, por sus lecturas y sus capacidades intelectuales. Supongo que eligió este lugar en particular por cuestiones energéticas.

¿Usted llegó a conocerlo?

Desgraciadamente no. Cuando llegué a La Rioja ya había fallecido, y solo conocí a sus hijos cuando les compré la propiedad. Lo que conozco de Dionisio, lo estudié leyendo sus escritos y sobre todo hablando con las muchas personas que venían hasta aquí para visitarlo. Venían muchos intelectuales, artistas como Soledad Silveyra y otras figuras como la autora de libros astrológicos Ludovica Squirru, que fue una de sus mejores amigas y que sigue viniendo a la casa, que todos aquí conocen como el “Castillo de Dionisio”.

¿Nos puede dar algunas pistas para entender esta curiosa casa y el jardín que construyó?

Dionisio buscaba su propio lugar espiritual y para él todo estaba conectado: su filosofía, el lugar donde vivía o su modo de vida. Su casa es el reflejo de la unión de varias religiones, porque reconocía la unicidad de un solo Dios desde una mirada filosófica. Por eso hay referencia a temas cristianos y budistas e incluso del Antiguo Egipto en su obra.

Profesaba el amor hacia el prójimo y la naturaleza. Por ejemplo una pared entera de la casa está ocupada por un útero simbólico, porque Dionisio creía en la reencarnación.

Cuando él vivía, mucha gente aquí en la región le tenía miedo y pensaban que estaba construyendo una obra diabólica. Otros lo calificaban de locos. Fue recién a partir del trabajo de concientización y de promoción turística que hice que los vecinos empezaron a cambiar de opinión sobre él.

Desde que habita la casa, ¿hizo modificaciones?

No, en absoluto. Me considero como el guardián de la obra de Dionisio. Lo que sí hice durante los primeros años fue poner la casa en condiciones de ser habitada de nuevo. Por un lado porque el vivía sin nada del confort actual. Y en sus años de abandono, la casa se había deteriorado. Pero trabajé con fotos y con testimonios para reacondicionarla de la manera la más fiel posible. Lo mismo con las pinturas: respeté los mismos colores que él había usado. Agregué mi granito de arena en los jardines. Ahí sí hice todo yo. Para facilitar las visitas, con caminitos cementados entre los canteros y el césped, y para revalorizar más todavía las obras. Además, desde el año pasado terminé un sistema de iluminación para las visitas nocturnas que organizo cada tanto.

¿Todo el mundo puede visitar el castillo?

Sí, es un lugar privado, pero que se puede visitar. En la entrada hay una campana.  Cuando estoy me encargo yo mismo de acompañar a los visitantes; si no cuento con dos guías que trabajan conmigo. Cobramos un bono contribución de $ 20 en la actualidad, que financia en parte las obras de mantenimiento de la casa y las obras del jardín.

Además del castillo, sigo con mi profesión y armé una agencia que propone salidas de trekking en las montañas del cordón de Velasco. Tenemos miradores allá arriba para ver cóndores y todo el valle. Ofrecemos además las únicas verdaderas salidas de turismo místico en el país; se hacen las noches de luna llena. Es una propuesta que integra charlas sobre Dionisio y su filosofía, una caminata a la luz de la luna y una clase de yoga con una profesional.

La casa se alquila también para filmaciones y producciones de fotos. Para publicidades, pero también para fiestas de quince por ejemplo. Gracias a todo este trabajo, logramos convertir el castillo en la mayor atracción de la Costa y recibimos 15.000 visitantes por año.

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