Argentina

Un pueblo a orillas del Golfo San Jorge

Camarones es un pueblo de pioneros, como los españoles que vinieron e intentaron crear hace largo tiempo el primer asentamiento en nuestro territorio. Pioneros también como los yugoslavos y otros inmigrantes que llegaron, en el siglo XIX, para desarrollar la pesca y ganadería en esta zona de la costa patagónica.

También es un pueblo de pingüinos, los de Magallanes, que viven en estas costas y conforman la segunda colonia de la provincia de Chubut después de Punta Tombo.

Y está asociado asimismo con la figura de Juan Domingo Perón: en este pueblito remoto se crió el ex presidente argentino. Porque en Camarones su padre trabajaba como Juez de Paz.

Además, es en Camarones donde se creó oficialmente el primer Parque Marino del País, el Parque Patagonia Austral, que protege las islas, las costas y el mar de esta región.

Aquellos tiempos

Pese al tiempo transcurrido, Camarones conserva el aire de sus primeros tiempos, con calles poco construidas y varias casas de madera y chapa aún conservadas. Una de las más conocidas es Casa Rabal, un almacén de ramos generales, que resulta uno de los principales símbolos del pueblo y el puerto. En el frente se puede leer “1901”, el año de su construcción, mientras su techo de chapas rojas se divisa desde la costa y el puerto. El lugar se puede visitar, y es toda una aventura en el tiempo porque los herederos del dueño inicial conservaron numerosas cajas de productos que se consumían en otros tiempos. Como las galletitas Lola, que dieron origen a la expresión “no querer más lola”: porque era una galletita que se daba a los enfermos, y si ya no podían comerlas es porque estaban muy graves. Y hoy, como ayer, parte de la vida social en Camarones sigue girando en torno a Casa Rabal y los encuentros que se generan entre los vecinos.

Inmigrantes

Alemanes, holandeses, suizos y españoles estuvieron entre los primeros pobladores que prosperaron gracias a la presencia del puerto: desde allí se despachaba la lana producida en las estancias chubutenses de la región. Vale la pena recordar que la lana de Camarones es un sello de calidad entre los conocedores del tema. En octubre de 1900 el pueblo nació “oficialmente” y con los años fue creciendo en servicios para los pobladores.

Hoy uno de sus grandes atractivos es el avistaje de fauna marina –aves, lobos y toninas- en torno a las Islas Blancas. También se organizan paseos en gomún, buceo y salidas de pesca embarcada con operadores especializados. Los amantes del buceo recorren en particular el naufragio del buque Villarino, aquel que trajo hasta la Argentina los restos de José de San Martín desde Francia.

Reserva

En la reserva de Camarones hay miradores naturales con vista hacia la costa y la isla. Hay lobos marinos y en la restinga cercana, cuando hay marea baja, suelen pescar flamencos.

En Caleta Sara, un puerto natural dentro de la reserva, suelen amarrar veleros de todo el mundo para admirar el lugar. Al anochecer, es posible quedarse en uno de los dormis que algunos eligen para admirar la puesta de sol, ya que la ubicación de Camarones permite ver el ocaso sobre el mar, algo no frecuente en nuestras costas.

El Parque Nacional Marino Patagonia Austral protege un centenar de kilómetros de la costa desde el Cabo y hacia el sur, y abarca dentro de sus limites 500 kilómetros cuadrados de mar y alrededor de 40 islas e islotes. Su importante no es menor: se lo considera uno de los principales ambientes marinos a nivel biológico en el Mar Argentino. Aquí se alimentan, se reproducen y conviven 38 especies de peces, 40 de aves y 10 de mamíferos.

Otra particularidad es la variedad de algas: dentro del parque hay un pueblo alguero fundado a mediados del siglo XX, Bahía Bustamante. Hoy el pueblo se transformó en un destino turístico, donde se ofrecen paseos a caballos, en lanchas, salidas de avistajes y safaris fotográficos y muchas otras actividades.

Islas Blancas

Fuera del parque marino, son imperdibles las Islas Blancas, el lugar donde se bucea en el naufragio del Villarino. Hay que llegar a als islas en gomón y se pueden ver colonias de lobos y aves marinas, entre ellas cormoranes, patos vapor, gaviotas, skúas. Las salidas están condicionadas a la fuerza del viento, que sopla crudamente muchas veces al año. El momento ideal es el atardecer, para disfrutar la puesta del sol sobre el Cabo.

Informes turísticos

San Martín 570. Tel.: (0297) 4963013,

turismo.cultura@gmail.com

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