Argentina

Un parque de atracción dedicado a los comechingones en San Luis

Ese pueblo originario habitó la región montañosa del centro de la Argentina. Un parque recrea su civilización en Merlo. 

Los comechingones formaron un grupo humano importante en el centro de la actual Argentina, pero no sobrevivieron a las etapas de la Conquista española y de la formación del estado argentino. Sin embargo, su legado perdura a través de tradiciones, artesanías y hasta en la gastronomía del norte de San Luis, y más especialmente en la villa turística de Merlo. El parque temático Yucat recrea lo que fue su civilización, tal como la descubrieron los españoles durante el siglo XVI.

Yucat está a unos cuatro kilómetros al sur de Merlo, en el barrio conocido como Cerro de Oro. Es un emprendimiento privado familiar que recrea escenas de la vida diaria de los comechingones, con reconstituciones de chozas y muñecos en tamaño real. Las escenas expuestas son muy fieles a lo que fue la realidad de la vida en las sierras hasta el siglo XVI porque fueron basadas sobre el trabajo del arqueólogo Antonio Serrano y en las crónicas españolas de los primeros tiempos de la colonia.

El parque se visita a lo largo de un sendero que se abre paso en medio de un campo arbolado con especies autóctonas (algarrobos, chañares, talas, espinillos, piquillines y molles). Las escenas fueron ubicadas armoniosamente dentro de este paisaje. 

Reconstituciones de viviendas tradicionales comechingones. 

Quiénes fueron los comechingones

Ese pueblo fue formado por diversas comunidades que habitaron las serranías de las actuales provincias de San Luis y Córdoba a lo largo del primer milenio de nuestra era y hasta la colonización española de la región. Las dos etnias principales eran la Henia y la Kamiare. Como los demás habitantes de las sierras, trataron de enfrentarse a los nuevos ocupantes europeos y criollos, pero fueron vencidos y dispersados y su lengua, su cultura y sus costumbres terminaron por desaparecer. 

Los comechingones recibieron influencias de los incas, que habían conquistado las regiones andinas antes de la llegada de los españoles, y comerciaban con pueblos vecinos. Eran organizados entre pequeños grupos sedentarios, independientes y sus pueblos no superaban las 30 chozas por lo general. Su economía y su dieta estaban basadas sobre el cultivo comunitario del maíz, de la quinoa, de porotos y zapallos. Criaban llamas y cazaban guanacos. 

Aunque su idioma desapareció los lingüistas estiman que el acento de San Luis deriva de los dialectos comechingones que hablaban los henias y los kamiares. Su herencia se encuentra también en la cocina local, por medio de platos como la carne de llamas cocida dentro de pozos en el suelo o el charqui. 

La visita del parque Yucat nos enseña que vivían en chozas rectangulares semi enterradas, cavadas en el suelo y cubiertas por techos de paja. Los creadores del parque construyeron varias con técnicas originarias para mostrar a los visitantes el aspecto que tenían. Aquellas viviendas eran frescas en verano y conservaban el calor del fogón en invierno. Eran sustentables y se mimetizaban con el paisaje. 

El parque no solo muestra viviendas. También recrea escenas de la vida diaria de los comechingones gracias a muñecos de fibra de vidrio en tamaño real, creados con un alto grado de realismo y de precisión en cuanto a vestimentas y adornos. A lo largo de la caminata por el parque se descubren escenas de caza, de cultivos y también de rutinas domésticas, como la preparación del maíz para la comida. Las herramientas, las cerámicas y los utensilios también fueron recreados con una sólida base científica e histórica, para darles el mayor nivel de autenticidad posible. 

Algunas imágenes del parque (Gentileza Yucat): 

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