Argentina

Jurassic Park en Neuquén

Un recorrido entre Villa El Chocon y Plaza Huincul, en la meseta neuquina, para ver los fósiles de los dos mayores dinosaurios descubiertos hasta hoy en todo el mundo.

Cuando uno recorre la meseta árida, arrasada por los vientos y quemada por el sol, del centro de la provincia de Neuquén, es muy difícil imaginar que hace unos cuantos millones de años (cien para ser más preciso), era una zona de exuberante vegetación tropical, y que en sus selvas, y al borde de sus lagos vivieron las criaturas más grandes que la Tierra haya jamás visto. Los dinosaurios cuyos fósiles se encontraron en Neuquén durante los años 1990 superan todos los records de tamaño conocidos hasta entonces. A poca distancia se encontraron los restos del mayor carnivoro, el Giganotosaurus Carolinii y el mayor herbívoro que es además el campeón absoluto, el ser viviente más grande que haya existido. Desde El Chocon donde se encontraron los fósiles de uno hasta Plaza Huincul donde están los del otro, no hay más de una hora de auto. Es una visita hacia Gondwana que se puede hacer en un solo día desde Neuquén Capital.

El Giganoto y el Argentino

Siguiendo el valle del Río Limay, de repente un dinosaurio aparece al borde de la ruta. Es un dinosaurio hecho a medida para la foto en familia: bien verde, con los colmillos afilados y los ojos burlones. No muy lejos, otro dinosaurio asoma su cabeza monstruosa de detrás de un cartel. No hay lugar a duda, se ha llegado al Chocon, la puerta de entrada al “Cretassic Park” argentino. El paisaje es digno de un principio de mundo, y la villa tiene aires de pueblito de pioneros, donde la vida transcurre frente a los dos maxikioscos de la placita central.

Sobre el asfalto de la calle, se pintaron unas pisadas que llevan hasta la entrada del museo. Hay que seguirlas porque este museo es el motivo de la visita., para ver el esqueleto del mayor carnívoro conocido hasta hoy, el Giganotosaurus Carolinii. Fue encontrado por un paleontólogo autodidacta, Rubén Carolini y su descubrimiento hizo sensación no sólo por su tamaño (4,60 metros de altura, 14 metros de largo y 10 toneladas de peso) y por ser una nueva especie hasta entonces no conocida, sino también porque se encontró casi todo el esqueleto (el 80 %). Los vecinos del Chocon llaman a este dinosaurio el giganoto. Además de ver sus huesos, se puede ver también reconstitución de su cara, tal como se piensa que podría haber sido. En el museo del Chocon funciona un taller de producción de cuerpos y cabezas de dinosaurios de renombre internacional. Los artistas y los científicos que trabajan en estas reconstituciones reciben pedidos de todo el mundo, para museos y exposiciones. Y no es la única sorpresa que depara El Chocon. Además del giganoto, la región rebosa de fósiles y de restos de otros dinosaurios. En varios lugares de la zona se puede ver paleontólogos trabajando en el rescate de fósiles. También se puede ver huellas de pisadas a orillas del lago artificial Ramos Mexía (unicamente cuando las aguas no hayan subido demasiado ya que a veces cubren estas huellas) y en el Cañadon Escondido (se recomienda ir con un guía para no perderse).

Tan tropical y frondoso como el Chocon era la llanura de Plaza Huincul y su hermana melliza Cutral-Có hace cien millones de año. Había comida suficiente entonces para alimentar al más grande de todos los dinosaurios conocidos, el Argentinosaurus huinculensis. Tiene mensuraciones que parecen más bien la propaganda de un edificio: 18 metros de altura, 40 metros de longitud y un peso estimado en unas cien toneladas. Va sin decir que se necesitaba un museo de gran tamaño para exhibir semejante esqueleto. En Museo Carmen Funes se encuentra al borde de la ruta en la entrada a la ciudad. Se accede muy comodamente, pasando antes por el esqueleto metálico que sostuvo años atrás la reconstitución de un dinosaurio que recibía a los visitantes en Plaza Huincul. Este recorrido que permite conocer a los dos gigantes se puede realizar en un solo día, pero el circuito puede extenderse a otros museos en toda la provincia, con más tiempo: el Centro Paleontológico Lago Los Barreales (CEPALB), el Museo Municipal Argentino Urquiza, en Rincón de los Sauces y el Museo de Paleontología y Mineralogía Prof. Juan F. Olsacher de Zapala.

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