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¿Se puede confiar en los comparadores de vuelos?

Las plataformas de búsqueda de precios en Internet no son tan transparentes ni tan imparciales como lo quieren hacer creer.

Todos las usamos para buscar el mejor precio para nuestros viajes: vuelos, alquileres de auto, noches de alojamiento. Sea cual sea la plataforma (Kayak, Google Flight, eDreams, Liligo, Skyscanner, etc.), suponemos que nos brindará una información confiable y lo más económico posible. Pero, ¿es realmente lo que pasa?

Un caso reciente ocurrido en Europa nos muestra que no todo es como lo suponemos.  Varias agencias europeas y la aerolínea low cost Ryanair elevaron quejas y afirman que las plataformas agregan costos "escondidos" en las tarifas finales que pagan los viajeros. Alegan que los comparadores online tampoco muestran todas las opciones posibles del mercado y privilegian las empresas con las cuales tienen acuerdos publicitarios.

Ryanair pudo detectar diferencias significativas de precios entre las tarifas que propone en su propio sitio y las que dan varios comparadores y en especial Skyscanner. Las plataformas agregarían costos adicionales, no discriminados en el precio final. Ryanair detectó que las plataformas inflan por ejemplo el costo de las valijas sin informar ni la empresa ni los viajeros.

La justicia dio un paso decisivo en este asunto. El mes pasado, un tribunal de Hamburgo, en Alemania, falló a favor de la low cost y condenó Skyscanner.de (la versión alemana de la plataforma) por mostrar precios calificados de ilegales (y en definitiva más elevados que los de la misma Ryanair). 

Sintiéndose respaldados por el fallo de la justicia alemana, varios agentes de viajes europeos declararon recientemente que los comparadores de precios de vuelos no cumplen más su papel original y no muestran la totalidad de las opciones. Algunas plataformas se limitan a publicar los vuelos de una selección de aerolíneas (con las cuales tienen acuerdos comerciales por supuesto). Es una práctica muy corriente que se vuelve evidente cuando uno hace la prueba y realiza varias búsquedas. Recae siempre sobre el mismo grupo de empresas, sea cual sea el destino.

El caso Ryanair y declaraciones de profesionales del turismo europeos advierten que a fines de cuentas las grandes plataformas online son empresas comerciales y tienen como objetivo generar beneficios. Lo logran con acuerdos comerciales o facturando sus servicios. Lo que se cuestionan no es que lo hagan, sino la forma que eligen para hacerlo. Y todos reclaman por más transparencia y armonía entre el discurso y la práctica.

Al fin de cuentas ¿es mejor buscar directamente precios en el sitio de cada compañía? Es sabido que en el caso de vuelos de larga distancia se consiguen mejores precios haciendo escalas y combinando varias empresas en lugar de volar en forma directa. En el caso de vuelos cortos (y más particularmente en América Latina donde hay muy poca oferta y solo un puñado de empresas), la mejor opción es poder conseguir las promos que lanzan las aerolíneas. Volviendo al caso de los países del Cono Sur, no hay mejores tarifas que las rebajas que suelen lanzar periódicamente las low cost locales (Flybondi, Azul, Sky o JetSmart). No siempre se puede esperar o hacer combinar las fechas. Entonces, recurrir a un comparador online no es malo. En definitiva, lo mejor es probar con todas las herramientas posibles y no confiar ciegamente en ninguna de ellas.

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