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Porque es indispensable llevar una máscara a bordo de los aviones

El avión es más seguro que un supermercado frente a la pandemia de coronavirus. Todas las explicaciones en esta nota.

Las compañías aéreas están volviendo al ruedo poco a poco, aunque la mayoría de ellas nunca dejó del todo de volar (a la diferencia de lo que pasa en la Argentina donde está totalmente prohibido). Hasta que el Covid 19 no haya totalmente desaparecido o que surjan vacunas, habrá que llevar tapabocas y narices para viajar.

Los atentados del 11 de septiembre impusieron más controles y más restricciones en los vuelos de todo el mundo. La pandemia de coronavirus aportó nuevos protocolos de seguridad sanitaria, tanto a bordo de los aviones como en los aeropuertos. La OAC y IATA publicaron sus recomendaciones. Para los pasajeros, lo más notable es el uso de una mascarilla que cubre nariz y boca, en todo momento.

Es indispensable porque el virus puede circular en el aire de la cabina, aunque sea filtrado con sofisticados sistemas de depuración. Durante las últimas semanas circularon varios estudios realizados con computadoras y simuladores que analizan y recrean la circulación de los flujos de aire dentro de las cabinas de los aviones. Todas coincidieron en la importancia de llevar una mascarilla para limitar de manera muy significativa los riesgos de contagios entre pasajeros.

Sea cual sea la máscara, desde la más compleja hasta la más sencilla, filtran la casi totalidad de las gotitas más gruesas (las que miden más de 50 micrones de diámetro, dos veces el tamaño de un glóbulo blanco). Siempre y cuando este colocado correctamente y no debajo del montón se suele ver con frecuencia. Las únicas que logran pasar esta barrera son las gotitas más chicas, pero la buena noticia es que tienen una carga viral menor.

De todos modos, hay que tomar en cuenta que la circulación del aire en los aviones ya estaba preparada desde mucho antes de la pandemia para poder filtrarlo de manera muy eficiente y eliminar todo tipo de micro partículas. Suprime la casi totalidad de las gotitas en suspensión y reduce por lo tanto los riesgos de contagios.Las tira al suelo o las aspira.

Los sistemas de ventilación de los aviones tienen filtros del tipo HEPA que retienen el 99,97% de partículas y gotitas de un tamaño mayor a 0,3 micrones. Estos mismos sistemas reinyectan aire limpio en la cabina 11 a 15 veces cada hora (o sea cada 4 a 5 minutos). Este dato indica que incluso los vuelos más largos como los transatlánticos no corren peligro de convertirse en "caldos de cultivo" de virus como se escuchó a veces al principio de la pandemia.

En cuanto a las ubicaciones, las simulaciones mostraron que los asientos sobre los pasillos están menos en contacto con las gotitas en suspensión, debido a los flujos de aire. Es un dato importante que los pasajeros deben tomar en cuenta a la hora de reservar sus asientos. Las personas en situación de riesgo frente a los contagios tendrían que ser ubicados preferentemente en aquellas ubicaciones. Y este mismo dato nos indica que los pasajeros sentados contra las ventanas tienen que ser más cuidadosos con el uso de su mascarilla y no sacarsela en ningún momento.

Aunque la cabina de un avión sea un ámbito totalmente cerrado, hay que tomar en cuenta que sus sistemas de filtración y regeneración de aire son entre los más avanzados que existen. Y los especialistas recuerdan que hay menos riesgos de contagiarse en vuelo (siempre con la consigna de mantener su mascarilla en buena posición) que haciendo compras en una tienda o un supermercado.

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