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IATA pide ayudas estatales para las compañías latinas

La asociación internacional advierte que América Latina es donde las compañías son los más frágiles y necesitan apoyos estatales al igual que en otros continentes.

La situación ya no era muy benéfica antes de la crisis del Covid 19. América Latina es desde siempre una de las dos regiones del mundo -con el África negra- con la menor participación al tráfico aéreo mundial. En 2019 representaba solamente 6% del total para una población que era cercana al 9% del conjunto del planeta en 2017. Además el continente está constituido por países gigantescos y sobre todo dos de los 8 más grandes del mundo (Brasil y la Argentina), donde los transportes aéreos tendrían que ser más necesarios que en otros. Estos datos nos indican que el potencial de crecimiento es enorme porque el transporte aéreo es todavía marginal (a la excepción de Chile y Panamá que tienen las tasas de viajes por avión por habitante más elevadas de la zona, con poco más de 1 viaje por persona por año).

El continente cuenta con tres grandes grupos internacionales, Latam, Copa y Avianca y IATA, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo, advertía el año pasado que había mercado para solo dos. El análisis no tomaba en cuenta las pequeñas empresas locales como Azul en Brasil o Aerolíneas Argentinas en la Argentina y las low-costs.

2019 fue un año excelente para el turismo y los viajes en general. Pero no fue benéfico para todo el mundo como lo recuerdan las quiebras: Aerolíneas de Antioquia (Colombia), Avianca Argentina y Norwegian Argentina (Argentina), Avianca Brasil (Brasil), Peruvian Airlines (Perú). ¿Qué espera a las empresas entonces este año cuando el turismo y los transportes pasan por la peor crisis de su historia?

La crisis sanitaria le puso un freno casi total al transporte aéreo y IATA advierte que las compañías aéreas del continente están en peligro y necesitan ayudas urgentes para poder sobrevivir. Los dos mayores ejemplos son LATAM y Avianca que se pusieron bajo protección legal para reestructurar sus deudas.

America Latina está ahora en el foco de la pandemia y los cierres de frontera y las restricciones a los viajes van a seguir por un tiempo indeterminado en varios países. IATA analiza que la reactivación de los transportes aéreos "parece imposible antes de meses" y que la situación actual de las empresas no es viable. Al mismo tiempo, los gobiernos de la región están atrapados entre crisis económicas, crisis institucionales, ideologías incompatibles con el desarrollo y graves problemas estructurales que arrastran desde hace décadas. La epidemia de Covid 19 es tan solo un problema más en medio de muchos otros. Salvar el transporte aéreo no está en la agenda de los países de la región y sin embargo es un sector que aportó el año pasado US$ 167 mil millones a los PIBs del continente.

Según IATA los gobiernos latinoamericanos son los "menos favorables a la aviación" en todo el mundo. En un país como Panamá, el sector da trabajo a un cuarto de millón de personas. IATA deplora que no tomó todavía ninguna medida para darle ayudas. Sin hablar de la Argentina donde la parálisis será la más larga del planeta y donde provocó ayer el cierre del a segunda empresa del país. Colombia es la excepción y es uno de los muy pocos países que dieron facilidades financieras a la industria aeronáutica. 

Peter Cerdá, el vice-presidente de IATA para la región de las Américas, "el tiempo juega en contra de nosotros y cada día que pasa trae más angustia a una industria que busca clarificar los plazos de reactivación. Ningún sector tiene liquidez suficiente para mantenerse sin actividad durante cuatro o cinco meses".

Aunque algunos países hayan mantenido un servicio mínimo de conexiones (sobre todo Chile, México y Brasil), el tráfico aéreo de pasajeros se redujo al 96% en América Latina y el Caribe. Es prácticamente una parálisis total. El impacto fue directo no solo para el turismo pero también para la industria y el comercio. Volviendo otra vez al ejemplo argentino, el más radical de todos, se estima que la producción industrial fue dividida por dos durante los meses de marzo y abril, cuando recién empezaba el confinamiento y el cierre de fronteras. Este derrumbe es aún mayor en mayo.

Foto: aviones de Copa Airlines estacionados sobre las pistas del aeropuerto de Panamá.

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