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Cruceros: ¿fin o renuevo?

Contaminaciones, muertes y suicidios a bordo: 2020 es el annus horribilis de las compañías de cruceros. 

Las compañías de cruceros están paradas desde hace meses y volverían a navegar de manera parcial recién a partir de agosto. ¿Podrán sobrevivir a medio año sin ingresos? Pero sobre todo ¿podrán recomponer su imagen y tranquilizar a sus clientes luego de haber estado en el foco de las contaminaciones y de la tormenta de la pandemia?

La epidemia de Covid 19 fue fatal para los cruceros y sacó a la luz del día los problemas sanitarios que brotan con regularidad en espacios confinados como son estas "ciudades flotantes" donde conviven miles de personas durante varios días. Mientras el Covid 19 estaba todavía limitado a China y países vecinos, a principios de año, se habló con más insistencia de casos de contagios de otras enfermedades a bordo de los cruceros y varios de ellos tuvieron incluso que acortar sus viajes y volver antes de lo previsto. Uno de estos casos fue por una enfermedad gástrica que contrajo la mayor parte de la gente a bordo. No es raro que pase este tipo de "accidentes", pero la pandemia actual les dio una resonancia mayor. Esto pasó dos veces a bordo de buques de la compañía Princess en el Caribe a principios de este año. 

Además, el episodio del Greg Mortimer dio un buen ejemplo gráfico de como se expande un contagio a bordo de un barco de crucero. Ese buque de la compañía Aurora Expeditions zarpó de Ushuaia a mediados de marzo para recorrer la Península Antártida. Entre los pasajeros estaban tres científicos y son los que publicaron un informe muy detallado en abril, que demostró como progresó la tasa de enfermos y el contagio a bordo. Las aventuras del barco, que fue rechazado en Ushuaia y en las Malvinas y fue autorizado finalmente a tocar tierra en Montevideo, dieron la vuelta al mundo. Lo más importante es recordar que el 80% de los pasajeros y de la tripulación fueron infectados por el coronavirus.

También estuvo la pésima experiencia del Diamond Princes, que se transformó en un verdadero Crucero del Horror durante un mes entero en Japón y terminó siendo el mayor foco de contagio fuera de China durante las primeras semanas de la pandemia. Sin hablar de la ola de suicidios entre los miembros de tripulaciones de barcos confinados en distintos puertos del mundo, que no pudieron desembarcar y volver a sus hogares... 

Cruceros + seguridad: ¿una ecuación imposible?

Sabemos que un cuadro como la pandemia de Covid 19 puede repetirse en todo momento, debido al recalentamiento global. Frente a esta amenaza latente, ¿los cruceros siguen siendo una buena idea para hacer turismo? O bien las economías de los países involucrados (sobre todo Estados Unidos e Italia) considerarán que son "too big to fail" y no los dejarán caer y quebrar, pase lo que pase; al igual que hicieron con las aerolíneas en abril y mayo de este año, o con los bancos durante la crisis financiera de 2008... 

El conjunto de las empresas de cruceros emplea a 1,1 millones de personas de manera directa e indirecta, sin contar la parte de los astilleros que también es muy importante en término de ingresos, empleo y creación de valores. En 2020, la CLIA, Cruises Lines International Association, estimaba que el conjunto de sus miembros iba a recibir unos 32 millones de pasajeros en total. Son cifras que demuestran la importancia que adquirió el sector de los cruceros dentro del turismo mundial.

Las empresas se muestran confiadas en que podrán volver a navegar sin problemas dentro de pocas semanas (la mayoría lo podría hacer de nuevo durante el mes de agosto) pero tendrán que convencer a los pasajeros. Deberán enviar señales muy fuertes de seguridad sanitaria y desarrollar protocolos e innovaciones de productos y servicios para reactivar la demanda. 

La tasa de ocupación a bordo y durante los traslados en puertos y durante las excursiones no podrá volver a ser del 100%, lo que va a implicar un incremento de tarifas. Y esto era el mayor caballito de batalla de los cruceros: ofrecen un servicio todo incluido en alojamiento, restauración y diversión a un precio muy atractivo con respecto a los de hoteles del mismo nivel. La comida también está en juego de esta reformulación de los cruceros. Es uno de los mayores atractivos y no podrá seguir como lo conocimos hasta el momento: con servicio libre, abundante, variado y a voluntad en todo momento.

Además la reactivación no dependerá solamente de las compañías. Estará también sujeta a la del transporte aéreo y a las políticas elegidas en los destinos. Hace unos días, las Islas Seychelles fueron noticias al anunciar que no quieren el regreso inmediato de los barcos de cruceros y los prohíben hasta 2022. 

Finalmente, por si faltaba poco, los cruceros tendrán que transformarse en una industria más limpia. Y esto es un reto tan o más importante que los espera como él de la seguridad sanitaria. Podría afectar más duraderamente su negocio en el futuro. Varios puertos de Europa exigen que los barcos carguen un combustible de mejor calidad para utilizar sus instalaciones. Y un combustible de mejor calidad o propulsiones más sustentables implican mayores costos y finalmente mayores precios.

En esta nota del sitio Caminante.news, está la historia de los últimos pasajeros de la pandemia. Pudieron volver a su casa en Alemania luego de varios meses de navegación desde Australia. 

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