En la región chaqueña sobreviven menos de 20 yaguaretés. Causas de declive (caza, desmonte, pérdida de presas), mapa de distribución y prácticas para reducir conflictos con el ganado, según una guía técnica de conservación.
La región chaqueña alberga la población de yaguareté más amenazada de la Argentina. Se estima que quedan menos de 20 individuos distribuidos entre Chaco, Formosa, Salta y Santiago del Estero. El felino está protegido por ley y declarado Monumento Natural, pero la presión humana y la pérdida de hábitat mantienen el riesgo crítico.
Por qué está en riesgo
El declive responde a un combo de amenazas: la caza directa (por miedo, prestigio o represalia ante ataques al ganado), el desmonte y la cacería de sus presas naturales. La transformación del bosque nativo reduce refugio y alimento, y empuja a los felinos a zonas productivas, aumentando el conflicto con personas y haciendas.
Valor ecológico y cultural
El yaguareté —el felino más grande de América— cumple un rol ecológico regulador sobre poblaciones de vertebrados, en especial grandes herbívoros. También concentra un alto valor cultural en las comunidades del territorio. Conservarlo implica sostener la salud del ecosistema chaqueño.

Se puede descargar esta lámina de Fundación Vida Silvestre haciendo clic aquí.
Cómo reducir el conflicto con el ganado (medidas efectivas)
El documento recomienda acciones preventivas que bajan el riesgo de ataques y facilitan la convivencia:
- Encierre nocturno en corrales cercanos a la vivienda; mejores resultados con luces y perros entrenados.
- Cercos eléctricos para aislar áreas de pastoreo, clave en rodeos vulnerables.
- Mantener “ganado maestro” (animales viejos con experiencia), preferentemente con cencerro, que alerta a los más jóvenes.
- Concentrar nacimientos para vigilar y cuidar crías en épocas acotadas.
- Separar aguadas: instalar bebederos fuera del monte para que el ganado no comparta fuentes con presas silvestres.
Una condición de base es mantener el monte con buenas poblaciones de presas: así, los grandes felinos evitan al hombre y al ganado.
Gestión del territorio: bosque continuo y ordenamiento
La conectividad de grandes áreas de monte (quebrachales y algarrobales) es fundamental para el tránsito del yaguareté y sus presas. La Ley de Bosques Nativos y los ordenamientos territoriales son herramientas para frenar la deforestación y promover usos sustentables compatibles con la conservación.
Datos biológicos relevantes para la conservación
- Baja tasa reproductiva: las hembras suelen tener un solo cachorro por camada y los crían hasta cerca de dos años.
- Grandes áreas de vida: ~60.000 ha en machos y ~44.000 ha en hembras.
- Desplazamiento y tamaño: promedio 9 km/día; 50–120 kg de peso; 12–15 años de vida.
Estos parámetros explican por qué la fragmentación del monte dispara encuentros con personas, pérdida de presas y persecución, mientras que con espacio suficiente el felino se interna, evita el contacto y mantiene su función ecológica.
Participación social: cómo aportar evidencia
En el Chaco funciona un Grupo de Colaboradores para la Conservación del Yaguareté que registra huellas, excrementos y avistajes para mapear presencia e identificar dieta (análisis de ADN). Cualquier persona puede sumarse con protocolos simples de reporte y fotografía.
Ante la presencia de un yaguareté, el protocolo es no perseguir ni acorralar y avisar a autoridades o al Grupo de Colaboradores. La caza de esta especie en peligro es un delito.
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