El Palacio Barolo, único faro urbano de Buenos Aires

Es una luz encendida en el corazón de la capital argentina, que no orienta barcos, pero sí memorias. El Palacio Barolo Es una joya arquitectónica, inspirada en la Divina Comedia y cargada de simbolismo. Invita a redescubrir el valor patrimonial de los faros como señales culturales, históricas y luminosas en medio del paisaje urbano.

Cada 7 de agosto se celebra el Día Mundial de los Faros, una fecha que rinde homenaje a estas estructuras emblemáticas que guían a navegantes y despiertan la imaginación colectiva como símbolos de orientación, memoria y patrimonio. En Argentina, este día cobra una dimensión especial gracias a un faro que no está junto al mar, sino en el corazón de la ciudad: el Palacio Barolo, el primer faro urbano del país.

Un faro en la ciudad: historia y simbolismo del Palacio Barolo

Inaugurado en 1923, el Palacio Barolo fue el edificio más alto de Latinoamérica en su época. Concebido por el arquitecto italiano Mario Palanti e inspirado en La Divina Comedia de Dante Alighieri, el edificio está estructurado en tres partes que representan el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. En su cúspide, a 100 metros de altura, se ubica un faro giratorio, símbolo de la ascensión espiritual y de la búsqueda de la luz.

Lejos de ser una simple ornamentación, el faro del Barolo fue desde sus orígenes una herramienta de comunicación urbana. Emitió señales luminosas para anunciar eventos históricos como el resultado de la célebre pelea entre Firpo y Dempsey en 1923, o el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945. Desde 2010, se lo reconoce oficialmente como el Faro del Bicentenario Argentino, un faro cultural más que náutico, que sigue iluminando cada noche.

La Argentina y su red de faros: custodios del litoral

Argentina cuenta con 62 faros distribuidos a lo largo de más de 4.000 km de litoral marítimo, administrados por el Servicio de Hidrografía Naval. De ellos, 14 han sido declarados Monumento Histórico Nacional. Estas torres no sólo cumplen funciones técnicas, sino que también resguardan una memoria arquitectónica, cultural y emocional. En el caso del Barolo, el concepto del faro trasciende lo náutico y propone una reinterpretación urbana: la luz como guía simbólica para una ciudad moderna.

Una conexión rioplatense: el Palacio Salvo en Montevideo

El Palacio Barolo tiene su “hermano gemelo” en la otra orilla del Río de la Plata: el Palacio Salvo de Montevideo, también diseñado por Palanti e inaugurado en 1928. Ambas torres contaban con faros en sus cúpulas, formando un simbólico “portal de bienvenida” para los inmigrantes que llegaban al continente. En los últimos años, se ha iniciado un proyecto de restauración del faro del Palacio Salvo, con la colaboración del mismo equipo que trabajó en el del Barolo.

El Barolo, más que un edificio: identidad, memoria y luz

Hoy, el faro del Palacio Barolo no solo ilumina el cielo porteño cada noche, sino que también se activa en fechas simbólicas con luces de colores —como el rosa durante octubre, en apoyo a la lucha contra el cáncer de mama—, reforzando su rol como señal de identidad, integración y conciencia social.

Los datos para agendar una visita

  • Ubicación: Av. de Mayo 1370, CABA
  • Fecha y horario del evento: Jueves 7 de agosto, de 18:30 a 20:30
  • Actividades: visitas guiadas, charlas y encendido especial del faro
  • Más info: palaciobarolotours.com.ar