El yaguarundí (Herpailurus yagouaroundi), también llamado gato moro, es un felino singular de tamaño mediano y pelaje uniforme que reside en América Latina. En la Argentina, su presencia está comprobada principalmente en el centro y norte del país, pero también hay registros en regiones más australes, como la provincia de Mendoza. Es uno de los felinos silvestres más enigmáticos de América Latina. De aspecto alargado, sin manchas, con pelaje liso de tonos rojizos, pardos o grises, y hábitos mayormente diurnos, este animal despierta creciente interés tanto de científicos como de amantes de la fauna.
El yaguarundí es un felino emblemático de los bosques y sabanas argentinas que, pese a su amplio rango, presenta baja densidad poblacional y se mantiene escurridizo. Su presencia en varias provincias confirma que la Argentina sigue siendo uno de sus bastiones más relevantes en Sudamérica. Sin embargo, a pesar de no estar clasificado como amenazado, su estado requiere vigilancia constante debido a la pérdida de hábitat y los conflictos con la actividad agroganadera. La implementación de nuevos estudios y medidas de conservación es fundamental para garantizar su futuro.
- Mide entre 50 y 83 cm (es más grande que un gato doméstico) y pesa hasta 8–9 kg.
- Tiene un pelaje corto, sin manchas, que puede ser pardo rojizo, gris o negro uniforme.
- Su cuerpo es largo y estilizado, con patas cortas y cola larga; la cabeza es pequeña y plana, y las orejas redondas.
- Mayoritariamente terrestre, pero también trepa con agilidad cuando se siente amenazado.
- Activo durante el día, en solitario o en pareja.
- Omnívoro mesocarnívoro: consume mamíferos pequeños, aves, reptiles, insectos, frutos y ocasionalmente peces.
- Marca territorio con orina, heces y arañazos en suelo y vegetación .
- Se reproduce durante todo el año; las crías empiezan a cazar a los 30 días y se independizan a los 2 años .
Cuál es su distribución y hábitat en la Argentina

Según la Categorización de los Mamíferos de Argentina 2019, el yaguarundí tiene una distribución amplia, desde el norte del país hasta el sur de Buenos Aires, Río Negro, La Pampa y el noreste de Neuquén. Está presente en 20 provincias argentinas, incluyendo:
- Noroeste y Noreste: Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco, Salta, Jujuy, Tucumán.
- Centro y región pampeana: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos.
- Cuyo y Patagonia norte: Mendoza, San Juan, La Rioja, La Pampa, Río Negro, Neuquén.
- La subespecie H. yagouaroundi ameghinoi se encuentra en Mendoza, con registros recientes (2014) cerca de Laguna El Viborón y Junín.
- Avistamientos documentados en 18 provincias argentinas y también en Uruguay, extendiendo su distribución hacia el sur.
- Según la legislación nacional, está clasificado como “Preocupación Menor” (LC), pero podrían reevaluar su estatus si se confirma una tendencia poblacional a la baja.
El yaguarundí se adapta a una gran variedad de ambientes naturales y antropizados. Está presente en al menos 11 ecorregiones argentinas, como:
- Selvas subtropicales (Yungas, Selva Paranaense, Esteros del Iberá)
- Bosques del Chaco húmedo y seco
- Espinal y Pampa
- Monte patagónico y de sierras
- Delta e islas del Paraná
También ha sido registrado en hábitats secundarios y de borde como cultivos agrícolas, pastizales ganaderos y forestaciones.

Amenazas y conservación
A nivel nacional, el yaguarundí está categorizado como “Preocupación Menor” (LC), pero los especialistas advierten que esta evaluación debe tomarse con cautela. Aunque su rango es amplio, su densidad poblacional es baja, especialmente en regiones afectadas por la fragmentación del hábitat, la expansión agrícola y los atropellamientos en rutas. Algunos estudios con cámaras trampa revelan que en algunas zonas como el Parque Nacional El Impenetrable su presencia ha aumentado, mientras que en otras, como Misiones, los monitoreos dejan pensar que su población es menor de lo esperado.
El yaguarundí es vulnerable a ataques de perros domésticos y es cazado en forma ilegal por granjeros que quieren proteger sus aves de corral. Sin embargo, en la Argentina, su caza está prohibida.
Su conservación es importante porque ese animal cumple un rol clave en los ecosistemas como controlador de pequeñas especies, ayuda a mantener el equilibrio en las cadenas tróficas y su conservación refleja la salud de los ambientes donde vive. Proteger sus hábitats, reducir los atropellamientos y fomentar investigaciones específicas son pasos necesarios para asegurar su permanencia en los paisajes argentinos.
¿Dónde verlo en la Argentina?
El felino ha sido registrado en más de 24 áreas naturales protegidas nacionales y muchas provinciales, incluyendo:
- Misiones: Parque Nacional Iguazú, Parque Provincial Urugua-í, Esmeralda, Moconá.
- Chaco y Formosa: Parque Nacional El Impenetrable, Río Pilcomayo, Copo.
- Salta y Jujuy: Calilegua, Baritú, El Rey.
- Centro y Cuyo: Lihué Calel, Sierra de las Quijadas, Talampaya.
- Mesopotamia: El Palmar, Iberá, Mburucuyá.

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