En tan solo una noche, Papa Noel visitó la mayoría de las casas del planeta. En algunos países se lo llama Santa Claus. En otros es San Nicolás. Pero hay más: desde la Befana, en Italia, pasando por Ded Moroz, Joulupukki o los 13 duendes de las navidades islandesas. La Navidad tiene en realidad muchos rostros alrededor del mundo.
La Navidad es una tradición global, pero con rostro multicultural. Desde el “Abuelo del Hielo” ruso hasta la bruja buena italiana, pasando por los duendes islandeses y los espíritus nórdicos, las alternativas a Papá Noel muestran cómo cada pueblo adaptó el mito de los regalos a sus creencias y costumbres. A continuación, preparamos un repaso por las figuras más importantes y las tradiciones que representan.
San Nicolás: el origen de casi todos los personajes que nos traen regalos en Navidad
Considerado el ancestro directo de Papá Noel, San Nicolás de Mira fue un obispo del siglo IV cuya generosidad lo convirtió en protector de los niños.
En Europa Central y del Norte se lo conoce como Sinterklaas o Sankt Nikolaus, y se celebra el 6 de diciembre. Ese día reparte dulces a los niños que se portaron bien, mientras que los desobedientes reciben carbones o advertencias.

Santa Claus: la versión moderna que conquistó el mundo
El Santa Claus estadounidense nació de la tradición holandesa de Sinterklaas y fue transformado por ilustradores y publicistas a fines del siglo XIX.
Las campañas de Coca-Cola en la década de 1930 consolidaron al personaje de traje rojo, barba blanca y trineo tirado por renos, símbolo global de la Navidad contemporánea.
Distribuye regalos en la noche del 24 de diciembre y se popularizó en todos los continentes gracias al cine y la cultura pop. En los países de lengua española y francesa se lo conoce también como Papá Noel.
Ded Moroz: el “Abuelo del Hielo” del mundo eslavo
En Rusia y varios países de Europa del Este, el encargado de entregar los regalos es Ded Moroz, acompañado por su nieta Snegúrochka (Copito de Nieve).

A diferencia de Santa Claus, Ded Moroz viste una túnica larga, viaja en un trineo tirado por caballos y visita los hogares durante el Año Nuevo.
Originalmente era un personaje más temido que celebrado, pero se transformó en una figura benevolente bajo la influencia cristiana y moderna.
Joulupukki: el Papá Noel finlandés que nació como un “bicho” del bosque
En Finlandia, el portador de regalos es Joulupukki, palabra que significa “buey” o “cabra”. Su origen está vinculado al Yule Goat, un espíritu de la mitología nórdica.
Con el tiempo, Joulupukki adoptó la imagen del Papá Noel occidental, pero mantiene particularidades locales: vive en Korvatunturi, en Laponia, y recibe miles de cartas de niños cada año.
La Befana: el personaje más entrañable de Italia
En la tradición italiana, los regalos no llegan el 25 de diciembre, sino en la Epifanía, el 6 de enero.
La encargada es la Befana, una mujer anciana que vuela sobre un escobillón y deja dulces a los niños buenos y carbón —generalmente dulce— a quienes se portaron mal.
Su historia mezcla leyendas cristianas con tradiciones folclóricas del invierno.

Hoteiosho: el curioso portador de regalos del Japón

En Japón, donde la Navidad no es una festividad tradicional, existe una figura equivalente: Hoteiosho, una de las siete deidades japonesas de la fortuna.
Se lo representa con un gran vientre, un saco lleno de juguetes y, según la leyenda, ojos en la nuca para vigilar el comportamiento de los niños.
Los 13 jólasveinar islandeses
En Islandia, los regalos no los deja un solo personaje, sino trece: los Yule Lads, hijos de dos trolls míticos.
Cada uno visita los hogares durante las noches previas a Navidad, dejando regalos en los zapatos de los niños… o papas en caso de mal comportamiento.
Lo singular es que cada Yule Lad tiene una personalidad distinta, desde “Lame-Puertas” hasta “Chupa-Cucharas”.

Los 13 “muchachos de Navidad” (Jólasveinar) son personajes traviesos del folclore navideño islandés. Son los hijos de la ogresa Grýla, que vive en las montañas y se come a los niños traviesos, y de su perezoso marido, Leppalúði.
Tradicionalmente representados como trolls, llegan al pueblo uno por uno durante las 13 noches previas a la Navidad, a partir del 12 de diciembre. Los niños dejan un zapato en el alféizar de la ventana cada noche; los niños que se han portado bien reciben un pequeño regalo o caramelos, mientras que los que se han portado mal encuentran una patata podrida.
Los 13 muchachos de Navidad y sus travesuras
Cada muchacho tiene una personalidad distinta y un nombre que describe su travesura específica:
12 de diciembre Stekkjarstaur. Acosa a las ovejas, pero se ve perjudicado por sus rígidas piernas de palo.
13 de diciembre Giljagaur. Se esconde en los barrancos para robar la espuma de los cubos de leche.
14 de diciembre Stúfur Stubby. Roba sartenes para comerse las costras que quedan en ellas.
15 de diciembre Þvörusleikir. Extremadamente delgado; roba y lame cucharas de madera.
16 de diciembre Pottaskefill. Roba ollas sin lavar para raspar las sobras.
17 de diciembre Askasleikir. Se esconde debajo de las camas para robar cuencos con tapa (askur).
18 de diciembre Hurðaskellir. Disfruta dando portazos, especialmente por la noche.
19 de diciembre Skyrgámur. Obsesionado con comer skyr (yogur islandés).
20 de diciembre Bjúgnakrækir. Se esconde en las vigas para robar salchichas que se están ahumando.
21 de diciembre Gluggagægir. Mira por las ventanas para encontrar cosas que robar.
22 de diciembre Gáttaþefur. Tiene una nariz enorme para olfatear laufabrauð (pan de hoja).
23 de diciembre Ketkrókur. Utiliza un gancho largo para robar carne a través de las chimeneas.
24 de diciembre Kertasníkir. Sigue a los niños para robar velas comestibles de sebo.
Father Christmas: la versión británica del espíritu navideño

Antes de ser asociado a Santa Claus, Father Christmas representaba el espíritu de alegría, banquetes y celebración del invierno en Inglaterra.
Solía vestirse de verde, no de rojo, y recién en el siglo XIX adoptó características del Santa moderno.
Christkind: el portador de regalos de Europa Central
En regiones de Alemania, Austria y Suiza, quien deja los obsequios bajo el árbol no es Santa Claus sino el Christkind, una figura angelical que representa al Niño Jesús.

Su origen está en la Reforma protestante, como alternativa a la figura católica de San Nicolás.
Variaciones locales: gnomos, espíritus del bosque y tradiciones regionales
En los países nórdicos aparece el Julenisse, un pequeño duende guardián de la casa y las granjas, que se transformó en un antecesor del Papá Noel escandinavo.
En otras culturas, espíritus del invierno o figuras de la fertilidad fueron adaptadas para encarnar la entrega de obsequios durante las fiestas.
Por qué existen tantos “otros Papá Noel”
Las figuras navideñas que reparten regalos comparten una misión: premiar a los niños buenos y transmitir valores comunitarios, pero cada región les dio su propio color cultural.
Algunas raíces son religiosas (San Nicolás, Christkind), otras folclóricas (Joulupukki, Julenisse) o vinculadas a leyendas locales (Befana, Yule Lads).
La globalización consolidó la imagen de Santa Claus, pero estas variantes siguen vivas y forman parte de la identidad navideña de miles de comunidades.

(Nuestra imagen de apertura para esta nota fue realizada por la IA).








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