Japón anuncia la tasa turística más alta jamás aplicada al turismo. En Kyoto se empezará a cobrar un impuesto de hasta 10.000 yenes (US$ 65) por noche y por persona. Es una medida en reacción al impacto del turismo masivo. El impuesto se aplicará a partir de marzo de 2026.
La decisión llega luego de un año récord: solo entre enero y septiembre de 2025, más de 30 millones de turistas extranjeros visitaron Japón. En Kyoto, las consecuencias son cada vez más evidentes: calles colapsadas, residuos acumulados, malestar de residentes y una presión creciente sobre barrios históricos como Higashiyama y Gion, icónicos por sus templos y por la presencia tradicional de geishas y maikos.
Kyoto cobrará hasta 10.000 yenes por noche: cómo funcionará la nueva tasa
Según informó el South China Morning Post, el Gobierno japonés autorizó a Kyoto a fijar un impuesto turístico de hasta 10.000 yenes por persona y por noche en los hoteles de lujo (aprox. 55 euros o US$ 60).
Se trata de un incremento enorme respecto del monto anterior:
- La tasa se multiplica por 10.
- La recaudación municipal por hospedaje pasará de 5,2 mil millones a 12,6 mil millones de yenes.
Kyoto apunta a que los visitantes financien parte del costo que genera su presencia, en lugar de trasladar el gasto a los contribuyentes locales. El objetivo es claro: proteger la ciudad sin frenar por completo el turismo, pero haciéndolo responsable y sostenible.
Por qué Kyoto tomó esta decisión
El impacto del turismo masivo en Kyoto se siente en múltiples dimensiones:
1. Congestión extrema
Sitios como el templo Kiyomizu-dera, el bosque de bambú de Arashiyama o las calles de Gion viven saturación diaria. En los momentos de mayor afluencia, desplazarse se vuelve casi imposible.
2. Cambios en la vida cotidiana de los residentes
En barrios tradicionales, los vecinos denuncian que los turistas alteran normas básicas de convivencia:
- invaden propiedades privadas para fotografiar geishas,
- bloquean callejuelas históricas,
- generan ruidos y residuos en zonas residenciales.
3. Presión sobre el medio ambiente
El fenómeno también afecta áreas naturales, donde la capacidad de carga está siendo sobrepasada.
4. Infrastructura urbana desbordada
Transporte, servicios públicos y espacios patrimoniales operan hoy al límite.
Dos imágenes del actual sobreturismo en el centro histórico de Kyoto:


A qué se destinará la nueva tasa turística
La recaudación se invertirá en acciones que permitan absorber la enorme afluencia de visitantes:
- Mejoras en el transporte público para distribuir los flujos turísticos.
- Campañas de educación cívica y respeto cultural, en varios idiomas.
- Refuerzo de los servicios de limpieza y seguridad.
- Protección y conservación de templos, barrios históricos y zonas naturales.
La lógica es simple:
Si los turistas quieren seguir disfrutando de Kyoto, deben contribuir a sostenerla.
Kyoto no está sola: otras ciudades aplican medidas similares
El caso japonés se suma a un movimiento internacional en expansión para frenar el turismo descontrolado:
- Venecia (Italia): cobra entrada a los visitantes por el día.
- Parques nacionales de EE. UU. como Yellowstone, Yosemite y Gran Cañón aplican tarifas más altas para turistas extranjeros.
- Machu Picchu (Perú): cupos estrictos y horarios escalonados.
- Maya Bay (Tailandia): límites de acceso y cierres temporales para preservar la biodiversidad.
El mensaje global es cada vez más firme: el turismo debe transformarse o los destinos están en riesgo de desaparecer tal como los conocemos. Sin embargo ningún otro destino fue tan radical como Kyoto y decidió aplicar un impuesto tan elevado de más de US$ 60 por persona y por noche.
Por qué esta medida preocupa —y al mismo tiempo alivia— a Japón
Japón enfrenta un dilema: su economía depende en parte del turismo, pero su patrimonio cultural es frágil. Las autoridades buscan:
- mantener ingresos turísticos,
- reducir el impacto en barrios y ecosistemas,
- y generar un modelo de visita sostenible a largo plazo.
Kyoto, con sus templos milenarios, calles de madera, ceremonias y geishas, es una joya cultural que muchos temen que pueda deteriorarse irreversiblemente si no se actúa a tiempo.








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