Historias y playas del Balneario Marisol, la “Florianópolis argentina”

Entre médanos gigantes, playas infinitas y un río que desemboca en el mar, el Balneario Marisol —en el partido de Coronel Dorrego— es uno de los secretos mejor guardados de la costa bonaerense. Su historia, su paisaje natural y su vínculo con Diego Maradona lo convirtieron en un destino único del Atlántico argentino.

En el sudeste de la provincia de Buenos Aires, a 22 kilómetros de la localidad de Oriente, se esconde un paraíso discreto: el Balneario Marisol, conocido popularmente como “la Florianópolis argentina”. Este pequeño poblado de apenas 160 habitantes combina tranquilidad, naturaleza en estado puro y una historia que mezcla emprendimiento, turismo y hasta la huella de Diego Maradona, quien eligió este rincón para descansar en distintas etapas de su vida.

Un balneario con historia y encanto propio

La fundación oficial del Balneario Marisol fue el 11 de diciembre de 1949, aunque su origen se remonta al año anterior, cuando el empresario David Mathov compró extensas parcelas de campo para crear una villa balnearia desde cero, dentro del partido de Coronel Dorrego. Apenas un año después, se inauguró su primera temporada estival, marcando el inicio de un destino turístico distinto, alejado del ruido y el crecimiento urbano de otros centros costeros.

En 1991, el lugar contaba con solo 18 habitantes estables. Hoy, mantiene su espíritu sereno, con una comunidad reducida que conserva las tradiciones del lugar y recibe cada verano a visitantes que buscan playas vírgenes, pesca y descanso absoluto.

Las playas de Marisol: un paisaje fuera de lo común

El principal atractivo del balneario son sus playas amplísimas y poco intervenidas:

  • Se extienden por 35 kilómetros de longitud.
  • Alcanzan hasta 800 metros de ancho en algunos tramos.
  • Están separadas del pueblo por un cordón de médanos que llega a los 3.000 metros de ancho, un fenómeno único en la provincia.

A este entorno se suma el río Quequén Salado, que desemboca directamente en el mar argentino. Su curso ofrece cascadas naturales, presas, puentes y miradores, además de zonas ideales para la observación de aves y la práctica de senderismo.

Marisol también cuenta con una pasarela de madera costera, ideal para recorrer su paisaje sin alterar el ecosistema.

El secreto mejor guardado de la costa bonaerense

Con 16 calles de largo y cuatro de ancho, el Balneario Marisol conserva el espíritu de los antiguos pueblos marítimos. Las calles de tierra, el aire limpio y el silencio solo interrumpido por el viento lo convierten en un refugio perfecto para quienes buscan desconectarse del ritmo urbano.

En materia de alojamiento, la oferta incluye campings, cabañas, departamentos y casas de alquiler temporario, además de un pequeño hotel. Aunque su capacidad es limitada, la hospitalidad de sus habitantes y el entorno natural lo vuelven un destino de culto entre viajeros y pescadores.

¿Por qué se llama la Florianópolis argentina?

El Balneario Marisol es conocido como “la Florianópolis argentina” por una combinación de factores naturales, paisajísticos y de estilo de vida que lo asemejan —en espíritu y entorno— a la famosa isla brasileña. Aunque no tiene la infraestructura turística de Florianópolis, el apodo refleja una comparación afectiva y simbólica que los visitantes y locales utilizan para destacar su belleza, amplitud y tranquilidad.

Marisol y Maradona: el encuentro entre la calma y el mito

El astro del fútbol argentino, Diego Armando Maradona, visitó Marisol en varias ocasiones —1983, 1991, 1992 y 1994— atraído por su tranquilidad y anonimato. Allí pasó vacaciones junto a Claudia Villafañe y sus hijas, Dalma y Giannina, disfrutando del paisaje sin la atención mediática que lo acompañaba en otras partes del mundo.

Las fotografías y testimonios locales lo recuerdan paseando por las calles de arena o descansando frente al mar. Para los vecinos, su presencia se convirtió en parte de la identidad del lugar: “El Diego también eligió Marisol” es casi un lema entre los habitantes.

Cómo llegar al Balneario Marisol

Desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se debe tomar la Ruta Nacional 3 hasta el desvío por la Ruta Provincial 72. Al llegar a Oriente, un camino de ripio de 22 kilómetros lleva directo al balneario. El trayecto puede recorrerse en auto en unos 30 minutos y se mantiene en buen estado durante la temporada.

Un destino para la aventura y el descanso

Marisol no busca competir con los grandes centros turísticos del Atlántico, sino ofrecer una experiencia distinta: naturaleza pura, playas cálidas y hospitalidad local. Aquí el sol se refleja sobre dunas infinitas, el mar conserva su calma, y el tiempo parece detenerse.

A 75 años de su fundación, Balneario Marisol se consolida como un destino ideal para quienes buscan tranquilidad, pesca, paisajes únicos y una conexión auténtica con la naturaleza bonaerense.

El Barco Hundido está a unos 27 kilómetros al oeste de Marisol. Todavía quedan restos del casco de madera de este pesquero que encalló en la costa en 1974.