“El arte está redefiniendo por qué la gente viaja a las Bahamas”: el asombroso modelo desarrollado por el resort Baha Mar, en Nassau

En el corazón del lujoso complejo Baha Mar, en Nassau (Bahamas), una galería de arte funciona como eje de una revolución silenciosa. Allí, entre obras contemporáneas, esculturas monumentales y murales que dialogan con la historia de las islas, John Cox, artista y Director Ejecutivo de Arte y Cultura del resort, lidera una transformación que va mucho más allá de la decoración: busca situar al arte bahameño en el centro de la experiencia turística y cultural del Caribe.

“El arte está redefiniendo por qué la gente viaja a las Bahamas. Trabajo para el área de shared services, que pertenece a la marca Baha Mar en sí, no a los hoteles individualmente”, explica John Cox. “Nuestra tarea es supervisar todo lo que tiene que ver con lo artístico y, más recientemente, con lo cultural dentro del complejo”. El artista y ejecutivo desarrolló un modelo único y exitoso de desarrollo del turismo por medio del arte y de la promoción de creadores y artistas locales.

Exdirector del National Art Gallery of The Bahamas, John Cox asumió hace once años la curaduría general del resort, que incluye más de 250 obras de 65 artistas locales distribuidas en los espacios públicos, hoteles y restaurantes. “Curamos toda la propiedad”, recuerda. “Desde el Rosewood hasta el Grand Hyatt, pasando por el SLS. Cada uno refleja una parte del espíritu bahameño”.

El área que lidera se llama The Current, un espacio que es al mismo tiempo galería, laboratorio y plataforma de impulso para artistas locales. “Tenemos un equipo de 16 personas: curadores, educadores, diseñadores, personal de galería y de producción. Nuestro trabajo se ha transformado mucho porque el resort comprendió el valor del arte como parte de la experiencia. Ya no se trata solo de números o rentabilidad, sino de generar un valor intangible que da identidad al lugar”, explica.

Arte local en clave global

Las exposiciones de The Current cambian cada seis semanas y funcionan como un semillero para artistas emergentes. Pero además, el departamento realiza la dirección artística de todo el complejo: desde la ambientación de los restaurantes hasta el diseño de los nuevos hoteles o el parque acuático.

“Cuando el desarrollador cambia o renueva espacios, nos piden que volvamos a curar. Lo hicimos con Rosewood dos veces, con el Grand Hyatt, con el SLS…”, cuenta Cox. “Eso significa trabajo continuo y una oportunidad permanente para que los artistas locales participen en proyectos de gran escala. Algunos producen series de más de 200 grabados o esculturas por encargo, algo que antes no sucedía”.

FUSE: un Art Basel caribeño

La iniciativa más ambiciosa de Cox es FUSE, una feria de arte caribeño inspirada en el modelo de Art Basel, que ya va por su tercera edición. “No se trata solo de las Bahamas, sino de toda la región. Queremos construir una feria con alcance internacional”, afirma.

El evento, que se realiza en el Centro de Convenciones de Baha Mar, genera un impacto económico que trasciende la venta de obras. “El ingreso principal no viene del arte directamente, sino del movimiento que produce: alojamiento, gastronomía, transporte. Si la feria atrae visitantes, todos ganan, aunque no compren un cuadro. Además, cambia la percepción de lo que el Caribe puede ofrecer culturalmente”.

Revisar la identidad a través del arte

Para Cox, el arte contemporáneo de las Bahamas atraviesa un proceso de reflexión sobre su identidad poscolonial. “Nuestra independencia fue en 1973, y no fue una ruptura violenta. Eso generó que muchas tradiciones británicas continuaran. Los artistas han tenido que enfrentarse a esa herencia y reinterpretarla”, señala.

El curador cita al historiador Krista Thompson, autora del concepto de “tropicalización”, que analiza cómo el paisaje caribeño fue “fabricado” para sostener la idea de paraíso. “Durante mucho tiempo, el arte sirvió para promover esa imagen romántica y turística del país. Hoy, los artistas buscan contar otras historias, más reales, más humanas”, explica.

Entre los nombres que menciona están April Bey, Gio Swaby, Tavares Strachan, Lavar Munroe, Nina Major y Jeffery Meris, creadores que combinan lenguajes globales con símbolos y materiales locales. “Sus obras podrían estar en el Tate Modern, pero cuando conocés el trasfondo, entendés que hablan de la vida cotidiana en Nassau, de la diáspora, de nuestra memoria colectiva”, afirma Cox.

Junkanoo: arte, ritual y comunidad

Cuando se le pregunta por Junkanoo, la tradicional celebración bahameña de raíces africanas, Cox no duda en incluirla en el ámbito del arte. “Junkanoo no es carnaval. Es una herencia de la emancipación africana, una forma de resistencia y celebración. Las comparsas empezaron con materiales humildes —papel, esponjas, madera— y hoy son verdaderas esculturas en movimiento”, explica.

Para él, lo más importante de Junkanoo no es el espectáculo visual, sino su capacidad de unir a la comunidad. “Reúne a personas de todos los barrios, sin jerarquías. Es arte, es religión, es identidad. Te puede emocionar sin necesidad de ir a una iglesia. Es el corazón del país”.

El arte como nueva razón para viajar

Cox recuerda una frase de su amigo, el arquitecto Jackson Burnside, que marcó su visión: “Para el año 2020, más gente vendrá a las Bahamas por el arte y la cultura que por el sol”.

“Esa frase está escrita en la puerta de nuestra galería”, dice. “Durante décadas, el turismo fue el motor de nuestra economía, pero ahora el arte y la cultura están reconfigurando la razón por la cual la gente viene. El entorno natural sigue siendo hermoso, claro, pero debajo de esa capa de paraíso hay una complejidad humana que conecta al visitante con algo más profundo. Y esa conexión se da a través del arte”.

El complejo Baha Mar y su ubicación:

Más imágenes de las obras expuestas en Baha Mar y el espacio de talleres de artes dentro del resort: