Una crisis más para Cuba: además de apagones, escasez e inseguridad, se suman impuestos que van a complicar aún más al sector

La industria turística de Cuba, históricamente uno de los pilares económicos del país, atraviesa el peor momento de su historia con problemas por donde se lo mire. Al derrumbe rápido del turismo, la inflación y los apagones constantes, se suman ahora medidas financieras que golpean directamente a las empresas extranjeras que operan en la isla, así como una creciente ola de inseguridad que afecta tanto a visitantes como a residentes.

El gobierno cubano informó recientemente a compañías internacionales que no podrán retirar ni transferir al exterior las divisas ya depositadas en bancos locales. La medida afecta especialmente a las cadenas hoteleras españolas —como Meliá e Iberostar— que concentran una parte fundamental de la capacidad turística de Cuba.

Nuevos controles y “cuentas reales”: un corralito que asusta a los inversores

El Banco Central de Cuba comunicó que las empresas deberán abrir un nuevo tipo de cuenta, llamada “cuenta real”, donde se permitirán únicamente depósitos en divisas frescas provenientes del extranjero. En teoría, estos fondos podrían luego retirarse o enviarse fuera del país. Sin embargo, varias compañías ya alertan que incluso estas cuentas presentan dificultades para retirar dinero, lo que alimenta la idea de un bloqueo financiero encubierto.

El mismo mensaje fue transmitido al cuerpo diplomático acreditado en La Habana y a las embajadas, lo que confirma la gravedad del cuadro económico.

Crisis profunda: sin dólares, sin remesas y con un turismo desplomado

El turismo en Cuba —que antes de la pandemia superaba los 4 millones de visitantes anuales— ha caído cerca de un 50 %, según datos actualizados de 2025. La contracción coincide con un escenario económico muy complejo:

  • Escasez crónica de divisas.
  • Una caída cercana al 70 % de las remesas.
  • Inflación acelerada.
  • Un mercado cambiario distorsionado: dólar oficial a 24 CUP, dólar informal a 450 CUP.

Sin moneda fuerte, el país no logra abastecer sus importaciones básicas y se multiplican los problemas estructurales.

Turismo en Cuba: sin luz, sin alimentos y ahora con más inseguridad

A los problemas macroeconómicos se suma la experiencia diaria de visitantes y residentes. Los apagones prolongados, la falta de agua, el deterioro de la infraestructura y la escasez generalizada afectan la vida cotidiana y la actividad hotelera.

En 2024 y 2025, viajeros reportaron:

  • hoteles sin aire acondicionado por falta de electricidad;
  • escasez de alimentos básicos en resorts de cuatro y cinco estrellas;
  • servicios de limpieza intermitentes;
  • cortes de agua en complejos turísticos;
  • aumento de robos y episodios de inseguridad en zonas urbanas y playas.

A esto se añaden nuevos impuestos, tarifas en servicios básicos y tasas adicionales que complican aún más el panorama de los operadores turísticos y encarecen la experiencia del visitante.

Los más expuestos: Meliá e Iberostar

Las cadenas españolas, que administran decenas de hoteles en Cuba, son las más afectadas por los nuevos controles. Entre ellas:

  • Meliá: 35 hoteles en nueve destinos.
  • Iberostar: cerca de 20 establecimientos en toda la isla.

Ambas compañías dependen de poder repatriar ganancias y realizar inversiones permanentes, algo que hoy está en duda. El riesgo para ellas es elevado: un “corralito” prolongado podría bloquear la operación turística internacional.

Sin explicaciones oficiales y con más incertidumbre

Hasta el momento, el gobierno cubano y el Banco Central no han dado explicaciones públicas sobre la medida ni han establecido una fecha para normalizar el acceso a divisas.

La falta de claridad aumenta la preocupación entre empresarios, diplomáticos y organismos internacionales, que coinciden en que esta política debilita aún más la frágil recuperación del turismo.

Un destino que pierde atractivo en plena temporada alta

Cuba enfrenta así un problema estructural: mientras necesita turistas para obtener divisas, las condiciones del país y las restricciones económicas espantan a viajeros e inversores.

La combinación de:

  • apagones diarios,
  • escasez de alimentos,
  • inseguridad creciente,
  • servicios básicos deteriorados,
  • impuestos nuevos,
  • y trabas financieras,

amenaza con agravar el desplome del sector que más dólares podía aportar al país.