Belén y Tinogasta, dos destinos emergentes de vino y termas en Catamarca

Belén y Tinogasta, en el oeste de Catamarca, se consolidan como nuevos polos turísticos gracias al impulso del turismo del vino, las termas y las rutas escénicas que atraviesan paisajes de altura. Con inversiones recientes en hospedaje, bodegas y servicios turísticos, ambos departamentos buscan posicionarse como alternativas dentro del circuito enológico del Noroeste argentino.

Según datos del Ministerio de Cultura, Turismo y Deporte de Catamarca, el crecimiento sostenido de visitantes durante 2024 y 2025 impulsó la ampliación de la infraestructura y la creación de experiencias vinculadas con la naturaleza, la gastronomía y el bienestar.

La nueva ruta catamarqueña del vino

Tinogasta es hoy el corazón de la Ruta del Vino de Altura de Catamarca, con bodegas que combinan tradición familiar, vitivinicultura de montaña y nuevas propuestas de turismo experiencial.

Entre los proyectos destacados se encuentran:

  • Bodegas boutique que ofrecen degustaciones guiadas entre viñedos a más de 1.500 metros de altura.
  • Experiencias enológicas que integran caminatas, música regional y gastronomía local.
  • La expansión de la producción de malbec, syrah, cabernet franc y torrontés de altura, que ya participan en ferias nacionales e internacionales.

Diversas bodegas inauguraron en 2025 pequeñas posadas y wine lodges que elevan la oferta premium del destino.

Fiambalá: termas como motor turístico

A 40 minutos de Tinogasta, el complejo termal de Fiambalá continúa consolidándose como uno de los más importantes del país.
En los últimos meses se realizaron mejoras en:

  • Circuitos de senderos entre las 14 pozas naturales.
  • Áreas de descanso y gastronomía.
  • Señalética interpretativa sobre aguas mineromedicinales.
  • Reservas online para ordenar el flujo de visitantes.

El crecimiento del turismo de bienestar impulsó nuevas cabañas, glampings y alojamientos sostenibles en el entorno de la Ruta Nacional 60.

Belén: artesanías, paisajes y rutas poco exploradas

Belén, conocido como la Capital Nacional del Poncho, vive una renovación turística gracias a:

  • Circuitos artesanales que permiten visitar telares, talleres de hilanderas y centros culturales.
  • Nuevas sendas por los cerros que rodean la ciudad, aptas para trekking y cicloturismo.
  • Miradores panorámicos recientemente inaugurados con inversión provincial.
  • Rutas turísticas hacia Londres, Shincal de Quimivil y la Cuesta de Zapata.

Además, nuevas hosterías y hospedajes boutique amplían la capacidad de alojamiento, especialmente en fines de semana largos.

Rutas escénicas: un atractivo en sí mismo

El corredor Belén–Tinogasta forma parte de uno de los tramos más paisajísticos del oeste argentino.
Entre las rutas destacadas:

  • Ruta Nacional 40, con vistas al Valle de Hualfín.
  • Ruta Nacional 60, camino de ascenso hacia el Paso de San Francisco, una de las travesías de alta montaña más impactantes de Sudamérica.
  • Ruta del Adobe, que conecta iglesias, capillas y casonas históricas construidas con técnicas tradicionales.

Estas rutas fortalecen la conexión entre los destinos y generan oportunidades para el turismo fotográfico, histórico y de aventura.

Inversiones y nuevas experiencias

El Gobierno provincial confirmó que durante 2025 se ejecutan obras del Plan 50 Destinos, entre ellas:

  • Miradores turísticos en los corredores montañosos.
  • Señalización digital con códigos QR.
  • Mejoras en accesos a pueblos y atractivos.
  • Puesta en valor de sitios históricos.

Prestadores locales desarrollan, además, propuestas que integran vino, termas, cultura y paisajes:
cabalgatas, astroturismo, picnic en viñedos, talleres artesanales y rutas de iglesias antiguas.

Las autoridades estiman que, de sostenerse la tendencia actual, el corredor podría incrementar un 20 % su flujo turístico anual durante los próximos dos años.