El Valle de Uspallata, ubicado a 100 kilómetros de la ciudad de Mendoza, se ha convertido en los últimos años en uno de los polos turísticos de mayor crecimiento de la región. Con su entorno de montañas, ríos y caminos panorámicos, este destino enclavado a 1.900 metros de altura se proyecta como nuevo epicentro del turismo de naturaleza, aventura y alta montaña.
El impulso se debe a la mejora de la Ruta Nacional 7, el desarrollo de infraestructura turística y la creciente demanda de experiencias sustentables vinculadas a la Cordillera de los Andes y al Parque Aconcagua.
Según datos del Observatorio Turístico provincial, Uspallata registró un aumento del 30 % en las pernoctaciones durante la última temporada invernal, impulsado por la reapertura de circuitos de trekking y la oferta de alojamientos boutique.
En 2025, el valle cuenta con más de 80 establecimientos turísticos registrados, incluyendo hosterías de montaña, glampings, cabañas ecológicas y posadas familiares.
La localidad también ha sido elegida como base para excursionistas que visitan el Parque Provincial Aconcagua, la Reserva Villavicencio y el Puente del Inca, tres de los atractivos naturales más visitados de la provincia.

Rutas escénicas y turismo activo
La ruta Uspallata–Puente del Inca–Las Cuevas, uno de los tramos más espectaculares de la Ruta Nacional 7, se promociona ahora como “Camino Panorámico de la Cordillera”, con señalización renovada, paradores fotográficos y miradores habilitados.
Además, se amplió la red de senderos de trekking, ciclismo y cabalgatas, con circuitos interpretativos en la Quebrada del Huarpe y el Cerro Siete Colores.
Entre las actividades más demandadas figuran el rafting en el río Mendoza, el avistaje de cóndores y las rutas 4×4 hacia Paramillos, donde se pueden visitar antiguas minas coloniales y formaciones geológicas de gran valor.

Historia y patrimonio cultural
Uspallata también destaca por su patrimonio histórico.
Allí se encuentra el Campo Histórico El Plumerillo, punto clave del Ejército de los Andes durante la campaña libertadora, y el Museo Arqueológico de Paramillos, con restos de culturas precolombinas huarpes. También hay construcciones históricas icónicas como las Bóvedas de San Martín (construidas en el siglo XVIII como parte de una planta de tratamiento de una mina de minerales de la región) y el Puente Picheuta (de la época colonial).


Cada febrero, el destino celebra la Fiesta Provincial de la Montaña, con espectáculos folklóricos, gastronomía regional y actividades deportivas en altura.

El crecimiento del turismo trajo consigo una renovación de la infraestructura local.
Se inauguraron nuevas sendas seguras, estacionamientos, áreas de descanso y puntos de carga solar, junto a un plan de manejo de residuos y educación ambiental.
Además, el Ente Mendoza Turismo (Emetur) impulsa el programa “Montaña Sustentable”, que promueve el uso responsable de los recursos naturales y la certificación de prestadores en buenas prácticas ambientales.








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