Eduardo Carrasco, gerente ejecutivo del Ente Comodoro Turismo

“Comodoro Rivadavia está construyendo su identidad turística con el mar como protagonista”

Entrevistamos al gerente ejecutivo del Ente Comodoro Turismo sobre la nueva etapa turística de la ciudad, su apuesta por la sustentabilidad y los productos que conectan al visitante con la naturaleza y la historia patagónica.

Comodoro Turismo diversificar su economía y no depender exclusivamente de los hidrocarburos. ¿El turismo es un eje interesante de desarrollo para la ciudad?

Desde el Ente Comodoro Turismo, creado hace casi seis años, trabajamos para consolidar una oferta turística concreta, capaz de posicionar a la ciudad más allá de su perfil industrial y petrolero. Además, lanzamos nuestra propia feria —la Expo Turismo de Comodoro Rivadavia— que lleva ya 11 ediciones y se realiza en agosto. Es un evento que reúne a destinos y prestadores de toda la Patagonia central y fomenta la integración regional, desde La Pampa hasta Santa Cruz. Después de más de cien años de explotación petrolera, decidimos buscar alternativas que diversifiquen la economía local. El turismo, junto con los eventos, el deporte y la gastronomía, se convirtió en una oportunidad real de crecimiento. Hoy contamos con buena infraestructura hotelera, servicios consolidados y conectividad aérea que nos permite atraer visitantes todo el año. Además, empezamos a mirar de otra manera nuestra costa: Comodoro tiene mar, naturaleza y fauna, y eso nos pone en una posición única.

En los últimos años se habló del avistaje de ballenas en la zona. ¿Cómo se está desarrollando esa propuesta?

Es uno de los productos más fascinantes que tenemos. En nuestras costas vive la ballena sei, una especie oceánica poco conocida en el mundo, que hoy puede verse a solo dos o tres millas de la costa. Este fenómeno natural convierte a Comodoro en el único punto del planeta donde se puede observar a esta especie tan cerca de tierra firme. Su temporada se extiende de octubre a junio, en contraposición a la ballena franca austral, por lo que ofrecemos avistajes prácticamente todo el año.

Los prestadores náuticos operan desde la costanera local, a pocos minutos del centro, y también estamos impulsando estudios de impacto ambiental y monitoreo del comportamiento de las ballenas para garantizar un turismo sustentable.

Más allá del mar, ¿qué otros atractivos naturales distinguen a Comodoro?

Uno de los lugares más impactantes es Rocas Coloradas, un área protegida al norte de la ciudad. Es un paisaje de contrastes donde el rojo de la tierra se funde con el azul del Atlántico. Allí se encuentra el bosque petrificado, que junto a los de Sarmiento y Jaramillo conforma un triángulo geológico único en el país. Además, está el Pico Salamanca, el trekking costero más alto de Argentina, con 576 metros frente al mar.

También trabajamos en la integración de la Ruta Azul, un proyecto que conectará Comodoro con Camarones a través de una ruta escénica costera, ideal para quienes buscan turismo aventura y experiencias en vehículos 4×4 o excursiones overland.

La gastronomía local parece ser otro pilar fuerte del desarrollo turístico.

Exactamente. Nuestra gastronomía tiene una identidad muy marcada, vinculada al mar y al producto local. A través de eventos como Festín de Sabores, impulsamos el trabajo de chefs y productores que reivindican el “kilómetro cero”: pescadores artesanales, recolectores de algas y agricultores regionales.
Hoy podés probar platos con salicornia, algas marinas y productos del Atlántico Sur, incluso cerveza artesanal elaborada con algas, una novedad que salió recientemente al mercado.

Comodoro también tiene una rica historia ligada a las colectividades extranjeras.

Así es. Somos la capital nacional de las colectividades extranjeras, con 19 comunidades que celebran cada año sus tradiciones en la Fiesta de las Colectividades. Entre ellas, la comunidad sudafricana tiene un papel destacado, junto a las de origen español, italiano, chileno y alemán, entre otras.

Además, promovemos el circuito de los “barrios con encanto”, los antiguos company towns que nacieron con la industria petrolera. Son cinco barrios históricos —Kilómetro 3, 5, 8, Astra y Diadema—, cada uno con su propia historia, arquitectura y vida comunitaria, donde se puede recorrer el legado de los primeros trabajadores del petróleo en Argentina.