“Costa Rica no solo ofrece un viaje, sino una experiencia transformadora. Es un país que te permite desconectarte del mundo y reconectarte con lo más importante de la vida”.
Durante la Feria Internacional de Turismo de América Latina (FIT 2025), Costa Rica presentó una renovada estrategia de promoción en el mercado argentino. Con una delegación de 11 empresas y una propuesta centrada en la sustentabilidad, la biodiversidad y el bienestar, el país centroamericano busca consolidar su liderazgo regional en turismo responsable. Conversamos con Ireth Rodríguez, jefa de Promoción Turística del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), sobre los objetivos de esta participación, las tendencias del mercado y la esencia del modelo costarricense.
¿Por qué decidieron participar este año en la FIT?
La Argentina siempre ha sido el principal mercado emisor de turistas de ocio y placer para Costa Rica en Sudamérica. Los resultados que hemos tenido en 2024 y 2025 confirman esa tendencia. El año pasado recibimos 25.009 turistas argentinos por vía aérea, y entre enero y agosto de este año ya superamos los 22.500 visitantes, lo que representa un incremento del 34% respecto al mismo período anterior. Es un mercado con una gran afinidad cultural, donde el viaje ocupa un lugar central en la vida de las personas. Por eso decidimos volver a FIT, con una delegación de 11 empresas costarricenses —turoperadores, hoteles y rentadoras de autos— para iniciar una nueva etapa de trabajo conjunto con el sector profesional y los medios.
¿Qué imagen de Costa Rica buscan transmitir al público argentino?
Queremos mostrar un país natural y sustentable, donde la biodiversidad y el bienestar son parte esencial de la experiencia. En Costa Rica, todas las actividades turísticas se desarrollan en entornos naturales y se basan en el respeto por el ambiente. Promovemos lo que llamamos el “wellness pura vida”, una combinación de aventura, relajación, alimentación saludable y conexión con uno mismo. Tenemos una enorme variedad de productos frescos y frutas tropicales durante todo el año, lo que también forma parte de ese estilo de vida saludable que proponemos al visitante.
¿Qué experiencias son imperdibles para quien viaja por primera vez a Costa Rica?
Depende de los intereses, pero en general recomendamos disfrutar de la flora y fauna en los parques nacionales, donde los animales pueden observarse en su entorno natural. Tenemos más de 935 especies de aves y más de 500.000 especies de fauna en total. Nuestro país es un santuario natural y por eso insistimos en campañas como “Stop Animal Selfies”, que promueven observar sin interferir ni tocar a los animales. Además, los volcanes, las aguas termales y los retiros de bienestar y yoga son experiencias muy buscadas.
Costa Rica es reconocida por su modelo de vida y su bienestar social. ¿Cómo se refleja eso en el turismo?
Es parte de nuestra identidad. Hace 72 años abolimos el ejército, y los recursos se destinaron a la educación y la salud pública. Eso nos permitió desarrollar una sociedad más equitativa y pacífica, con una de las tasas de alfabetización y esperanza de vida más altas del continente. En la provincia de Guanacaste tenemos una de las cinco zonas azules del mundo, donde viven más personas centenarias que en cualquier otro lugar del planeta. Eso se debe a la alimentación, la actividad física, la vida en comunidad y la conexión con la naturaleza. Esa calidad de vida es la que también queremos compartir con quienes nos visitan.
¿Cómo se equilibra el desarrollo turístico con la conservación ambiental?
Ese equilibrio es nuestro mayor logro. En los años 80, Costa Rica tenía apenas un 20 % de cobertura boscosa, y hoy alcanzamos más del 55 % gracias a políticas innovadoras como el pago por servicios ambientales. A través de este programa, quienes conservan o reforestan bosques reciben una compensación económica mensual por hectárea. Muchos pequeños productores han podido enviar a sus hijos a la universidad gracias al turismo de naturaleza y la conservación. El modelo costarricense es público-privado y sustentable: el turismo es motor económico, pero también social y ambiental.
El café y el cacao son productos emblemáticos de Costa Rica. ¿Qué papel juegan en la experiencia turística?
El café es parte de nuestra historia y cultura. Exportamos por primera vez en 1820 y hoy solo producimos café arábico de alta calidad. Más de 27.000 familias viven de su cultivo, y contamos con un instituto que garantiza que entre el 90 % y 94 % de las ganancias queden en manos de los productores. Además, muchos de ellos desarrollan marcas propias y experiencias turísticas en sus fincas, donde los visitantes pueden conocer el proceso desde la planta hasta la taza.
El cacao está resurgiendo, con producción orgánica y chocolateros artesanales que han ganado premios internacionales. Son ejemplos de cómo la economía local puede crecer con valor agregado y prácticas justas.

Ireth Rodríguez junto al Embajador de Costa Rica en Buenos Aires, Alex Rojas.
¿Qué planes tienen para seguir fortaleciendo el vínculo con el mercado argentino?
Queremos ampliar nuestra presencia con una estrategia integral. Después de la FIT planeamos realizar un roadshow en distintas ciudades de Argentina, con ruedas de negocios y encuentros de prensa. También trabajamos en la organización de viajes de familiarización (fam trips) para agentes de viajes y creadores de contenido, con el fin de que experimenten el destino y puedan transmitirlo en primera persona.
Además, estamos dialogando con aerolíneas para mejorar la conectividad. Existen rutas con conexión vía Panamá, Bogotá o Ecuador, y estamos abiertos a nuevas alianzas. Desde el ICT apoyamos activamente a las líneas aéreas con campañas cooperadas y estrategias de marketing conjunto.
Costa Rica suele definirse como “el país de la pura vida”. ¿Qué significa realmente esa expresión?
Más que un eslogan, “pura vida” es una forma de ver el mundo. Es vivir con gratitud, con respeto por la naturaleza y con alegría. Resume nuestra filosofía de bienestar, equilibrio y optimismo. Y es lo que queremos que cada visitante sienta al regresar a su casa: que Costa Rica no solo le ofreció un viaje, sino una experiencia transformadora.
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