Qué es Happy Whale, la plataforma de identificación de ballenas que involucra a científicos y al público general

Happy Whale es una plataforma digital que convierte imágenes casuales en pistas científicas. ECualquier persona puede registrarse en el sitio y cargar su foto. Cuando aparece una coincidencia, la plataforma notifica al usuario y actualiza la base global.

HappyWhale nació como un sistema para identificar ballenas jorobadas a partir de fotos y hoy se expande a otras especies, desde delfines hasta ballenas francas. Cada imagen cargada por un ciudadano funciona como un dato único: el vientre de la cola, la aleta dorsal o la cabeza permiten distinguir individuos con la precisión de una huella digital.

“Es una página web para el estudio y seguimiento de distintas especies de ballenas y delfines. Originalmente estaba orientada a ballenas jorobadas, pero cada día se incorporan más especies”,

Lucas Beltramino, biólogo a cargo del estudio de ballenas en el Parque Provincial Patagonia Azul

El valor no está solo en la tecnología, sino en el alcance: cualquier persona puede registrarse en el sitio y cargar una foto. Cuando aparece una coincidencia, la plataforma notifica al usuario y actualiza la base global.

En la costa de Chubut, el Parque Patagonia Azul mantiene un catálogo propio que permite saber cuántos individuos visitaron la zona, en qué épocas, cuánto tiempo permanecieron y con quiénes interactuaron. Pero al sumar esa información a HappyWhale, los registros se enlazan con los de otras regiones del mundo. Un caso concreto lo ilustra: un ejemplar registrado en Patagonia Azul apareció luego en el Canal de Beagle, fotografiado por un turista, y más tarde en Brasil. Gracias a ese cruce de imágenes dispersas se confirmó un trayecto antes desconocido.

La fuerza de lo fortuito

El procedimiento para participar es simple: ingresar a happywhale.com, crear un usuario y subir fotos con fecha y lugar del avistaje. La plataforma analiza si sirven para identificar a un individuo y, en caso afirmativo, devuelve la información al observador.

En tiempos en que cada instante se captura en una cámara, la ciencia ciudadana convierte lo fortuito en un eslabón clave para la conservación. Un recuerdo de vacaciones puede terminar revelando un patrón migratorio y aportar a la protección de especies en todo el Atlántico Sur.

Una red de memorias y rutas

El aporte ciudadano no se agota en la ciencia. Según Beltramino, participar abre la puerta a nuevas formas de conciencia ambiental: primero surge la curiosidad por subir una foto, luego el interés por la situación de la especie y, finalmente, decisiones más informadas sobre cómo vincularse con el entorno. HappyWhale demuestra que la historia de las ballenas ya no se escribe solo desde los barcos de investigación. También se teje, imagen por imagen, en la memoria de quienes se cruzan con ellas en el mar abierto.