Histórico: el Tratado sobre la alta mar entra en vigor y abre una nueva era para la protección de los océanos

El planeta celebra un hito sin precedentes: el Tratado sobre la alta mar, también conocido como Acuerdo BBNJ, ya cuenta con las 60 ratificaciones necesarias para volverse jurídicamente vinculante. Con la adhesión de Sierra Leona y Marruecos, el 19 de septiembre de 2025, se asegura que el acuerdo entre en vigor el 17 de enero de 2026.

Este convenio internacional, adoptado en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, busca proteger la biodiversidad en las aguas internacionales, que cubren casi la mitad del planeta y hasta ahora carecían de un sistema global de control. El Acuerdo BBNJ (Biodiversity Beyond National Jurisdiction) permitirá crear áreas marinas protegidas en la alta mar, exigir evaluaciones de impacto ambiental para actividades humanas y garantizar el acceso equitativo a los beneficios de los recursos genéticos marinos.
Para países en desarrollo, representa además un avance en justicia ambiental, al abrir acceso a tecnologías, investigaciones y conocimientos científicos que antes estaban concentrados en pocas naciones.

La entrada en vigor del tratado marca lo que especialistas ya califican como un “punto de inflexión para la humanidad”. Según Rebecca Hubbard, directora de la High Seas Alliance, se trata de un momento histórico, ya que por primera vez habrá un marco jurídico internacional para salvaguardar la vida en los océanos.
El acuerdo será el punto de partida de una Conferencia de las Partes (COP) prevista antes de finalizar 2026, donde se delinearán las primeras medidas concretas de aplicación.

Fin de la “tierra de nadie” en los océanos

Hasta ahora, la alta mar había sido considerada un espacio sin control global, lo que generó sobreexplotación pesquera, contaminación y riesgos crecientes para la biodiversidad. Para Katie Matthews, científica en jefe de Oceana, el tratado pone fin a ese vacío legal:

“Por primera vez contamos con las bases jurídicas necesarias para preservar la diversidad marina en aguas que pertenecen a todos y a nadie al mismo tiempo”.

Con este acuerdo, los océanos —que cubren el 72 % de la superficie terrestre y son esenciales para la salud climática— se encaminan hacia un régimen de protección global que podría marcar el futuro de la vida en el planeta.