Tras el reciente estreno de la miniserie Las Maldiciones en Netflix, los imponentes paisajes de la provincia de Jujuy se convirtieron en un personaje más de esta trama. Dirigida por Daniel Burman y protagonizada por Leonardo Sbaraglia, el thriller político utiliza la geografía del norte argentino como telón de fondo para su historia, llevando a la pantalla la belleza cruda y la fuerza de la Puna.
Para todos los que quedaron cautivados por sus escenarios, recorrer las locaciones de la serie es la excusa perfecta para una aventura por el corazón de Jujuy.

La Puna Jujeña: el epicentro de la trama
El rodaje se concentró en la Puna Jujeña, una vasta meseta andina que se eleva a más de 3.300 metros sobre el nivel del mar. Sus paisajes áridos, salares interminables y montañas de colores intensos crean una atmósfera que refleja el aislamiento y los conflictos de la serie.


Si querés vivir la experiencia en primera persona, estos son algunos de los lugares clave que formaron parte de la producción:
- Susques: Este pintoresco pueblo, ubicado a casi 4.000 metros de altura, fue uno de los principales escenarios. Su carácter particular y la hostilidad del clima, que el equipo de filmación tuvo que enfrentar, se sienten a lo largo de toda la historia. Es el punto de partida ideal para explorar la belleza inhóspita de la Puna.

- La Quiaca: En la frontera con Bolivia, esta ciudad marca el extremo norte del país. La inmensidad de sus alrededores y la sensación de estar en un lugar remoto son elementos que la serie supo capitalizar para su narrativa.

- Yavi: Este pequeño pueblo, con su arquitectura colonial y su iglesia histórica, ofrece una postal de paz en medio de la inmensidad del altiplano, un contraste visual que también se puede apreciar en la serie.

Más allá de la pantalla: una experiencia de viaje
Visitar estos lugares es mucho más que un simple recorrido turístico. Es una oportunidad para conectar con la naturaleza en su estado más puro y entender por qué Jujuy es un escenario tan poderoso. El director Daniel Burman ha dicho que la provincia no fue solo una locación, sino un “personaje” que enriqueció la historia.
La Quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, también tuvo un rol fundamental en la producción. Sus cerros de siete colores y sus valles se convirtieron en el marco perfecto para este drama político.
Desde la Comisión de Filmaciones de Jujuy, destacan que producciones de esta magnitud no solo posicionan a la provincia a nivel internacional, sino que también impulsan el turismo cultural. A través de la serie, el mundo entero tiene la oportunidad de conocer la riqueza de esta región, que combina la majestuosidad de sus paisajes con una rica historia y cultura.
Si le atraen los thrillers, los paisajes imponentes y las historias que se entrelazan con el territorio, lo invitamos a armar su propia ruta por Jujuy y descubrir, a cada paso, por qué las locaciones de Las Maldiciones son tan cautivadoras como la trama misma.

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