Las 5 razones detrás del colapso del turismo en Cuba

Con una de cada cinco camas ocupada este año, las cifras oficiales del primer semestre de 2025 nunca habían sido tan alarmantes para la industria turística cubana. Aunque sea un sector privilegiado y con absoluto prioridad para la dictadura comunista, retrocede un poco más cada año y agrava la situación precaria diaria de los habitantes de la isla, reduciendo las pocas fuentes de dinero y de trabajo disponibles.

Con una caída de visitantes que supera el 25%, la isla se enfrenta a un colapso sin precedentes, solo comparable a los años de la pandemia. El turismo, considerado un pilar fundamental para la economía cubana, muestra un declive que expone las profundas deficiencias estructurales y coyunturales del país.

Ocupación hotelera en mínimos históricos

Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), Cuba recibió solo 981.856 visitantes internacionales entre enero y junio de 2025, lo que representa una caída del 25% con respecto al mismo período del año anterior. Esta baja se refleja directamente en la ocupación hotelera, que se sitúa en un histórico 21,5%, dejando vacías casi cuatro de cada cinco camas disponibles. Estas cifras no solo ponen en riesgo la meta gubernamental de atraer 2,6 millones de visitantes en 2025, sino que también señalan una situación económica cada vez más precaria.

Factores de una crisis multifacética

El colapso del turismo cubano se explica por una confluencia de factores, que van desde la situación económica interna hasta las presiones externas y la feroz competencia regional.

1 / Crisis económica y desabastecimiento: La grave crisis que atraviesa Cuba impacta directamente en la calidad del servicio turístico. La escasez de productos de primera necesidad, como alimentos, medicamentos y combustible, genera un círculo vicioso: los hoteles y restaurantes tienen dificultades para abastecerse, lo que se traduce en una oferta limitada, un servicio deficiente y precios elevados. Los turistas se enfrentan a cortes de electricidad frecuentes y falta de comodidades básicas, muy lejos de lo que se esperaría de un destino de vacaciones.

    2 / Aumento de la inseguridad y ataques a turistas: A las deficiencias económicas se suma un factor que afecta directamente la percepción de seguridad de los viajeros. La crisis ha provocado un aumento de la delincuencia, con reportes cada vez más frecuentes de robos y agresiones dirigidas a turistas en zonas que antes se consideraban seguras. Este fenómeno, antes casi inexistente, está impactando negativamente en la reputación del destino, generando desconfianza entre los potenciales visitantes y en las agencias de viaje.

    3 / Restricciones y sanciones de EE. UU.: Las sanciones impuestas por Estados Unidos han tenido un impacto significativo. La prohibición de los cruceros y las restricciones a los viajes “people-to-people” han cortado una parte vital del mercado estadounidense, que, a pesar de que Canadá sigue siendo el principal emisor de turistas, se resiente fuertemente en la economía de la isla.

    4 / Deterioro de la infraestructura y servicios: La falta de inversión en la infraestructura turística es evidente. Los hoteles, aunque a menudo renovados, carecen de un mantenimiento adecuado. Los servicios de transporte para turistas son deficientes, con escasez de vehículos de alquiler y precios elevados del combustible. Además, el acceso a internet, aunque en progreso, sigue siendo lento y costoso en comparación con los estándares internacionales. A esto hay que sumarle los cortes de luz prolongados que pueden durar varios días. Gran parte de la isla solo tiene suministro unas pocas horas cada día en la actualidad.

      5 / Competencia caribeña y regional: Mientras Cuba lidia con sus desafíos internos, otros destinos del Caribe, como la República Dominicana y México, han invertido masivamente en sus infraestructuras y servicios. Estos países ofrecen una experiencia de viaje sin contratiempos, con precios más competitivos y un nivel de confort superior, lo que los hace mucho más atractivos para los viajeros que buscan unas vacaciones de relajación.

        Los datos del primer semestre de 2025 no solo confirman el colapso del turismo en Cuba, sino que también revelan una fragilidad estructural que va más allá de los factores externos, lo que plantea un desafío existencial para el futuro económico de la isla.