La Esfera de Las Vegas estrenó una versión modernizada de El mago de Oz, transformada con inteligencia artificial y adaptada a su pantalla de 54.000 m² en 16K. El clásico de 1939 llega con escenas recortadas, efectos multisensoriales y nuevos paisajes digitales, en un espectáculo que deslumbra al público pero que divide a la crítica por el uso masivo de IA.
El icónico film El mago de Oz (1939), dirigido por Victor Fleming, volvió a las pantallas de una manera insólita: en la Esfera de Las Vegas, la sala de espectáculos más grande y tecnológica del mundo. Con un pantallón hemisférico de 54.000 m², capacidad para 18.000 espectadores y un sistema de sonido de 167.000 parlantes, el recinto ofreció una experiencia inmersiva inédita.
Para adaptar la película a esta infraestructura, se invirtieron 80 millones de dólares y se recurrió a la inteligencia artificial Gemini de Google. El resultado fue una versión recortada en media hora, con varias canciones eliminadas, imágenes remasterizadas en resolución 16K y escenarios generados digitalmente que no existían en la obra original.


Una experiencia multisensorial
La proyección del 28 de agosto no se limitó a la pantalla. Durante la famosa escena del tornado, ventiladores gigantes azotaron al público, hojas volaron por la sala y hasta se lanzaron manzanas de espuma para recrear el ambiente. Además, drones disfrazados de monos voladores sobrevolaron la cúpula, sumando dramatismo a la experiencia.
El promotor James L. Dolan, también dueño del Madison Square Garden en Nueva York, anunció que espera recibir a 200.000 visitantes con entre dos y tres funciones diarias hasta el 10 de diciembre de 2025.

Críticas de la prensa y polémica cultural
Aunque el espectáculo atrajo multitudes, la crítica estadounidense fue implacable. Medios como Variety hablaron de una “deshumanización” del film, ya que cada plano original debió ser reconfigurado para adaptarse al formato inmersivo. Slate lo calificó directamente como una “atrocidad”.
El debate gira en torno al uso de la inteligencia artificial en obras clásicas: mientras algunos defienden el experimento como una nueva forma de experimentar el cine, otros lo consideran una amenaza para el patrimonio cultural. La comparación con restauraciones cuidadosas —como las impulsadas por Martin Scorsese— acentuó la idea de que se trata de un proyecto más comercial que artístico.

The Sphere: innovación y controversia
Desde su inauguración en septiembre de 2023, la Esfera de Las Vegas ha sido tan admirada como cuestionada. Su construcción costó 2.300 millones de dólares y su consumo energético anual ronda los 95.000 MWh, equivalente al de una ciudad mediana como Valenciennes (Francia). Aunque sus responsables aseguran que el 70 % de la energía proviene de fuentes solares, ambientalistas critican el impacto ecológico del recinto.
A esto se suma el costo de las entradas, que comienzan en 100 dólares por persona, lo que para muchos convierte al “espectáculo inmersivo” en un lujo difícil de justificar.

Entre la nostalgia y la innovación
El Mago de Oz fue incluido en 1989 en el catálogo de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos por su valor cultural. Hoy, su paso por The Sphere abre un nuevo capítulo: ¿puede la inteligencia artificial dar una segunda vida a los clásicos o corre el riesgo de distorsionar su esencia?
Mientras se multiplican los debates, lo cierto es que la película que marcó generaciones vuelve a despertar interés, aunque ahora bajo un prisma futurista, tecnológico y polémico.
La película inmersiva El Mago de Oz en la Esfera de Las Vegas se inauguró el 28 de agosto de 2025 y estará en cartelera al menos hasta el 31 de marzo de 2026.
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