A 80 años de los bombardeos atómicos que marcaron el inicio de la era nuclear, Hiroshima y Nagasaki son hoy destinos turísticos de gran valor histórico y simbólico. Qué se puede visitar, cómo llegar y por qué estas ciudades japonesas mártir que se convirtieron en faros de paz y símbolos de resiliencia.
El 6 de agosto de 1945, a las 8:15 de la mañana, el avión estadounidense B-29 Enola Gay lanzó la bomba atómica “Little Boy” sobre Hiroshima. La explosión, a 580 metros de altura, arrasó la ciudad en segundos. Se estima que entre 90.000 y 140.000 personas murieron como consecuencia directa e indirecta del ataque.
Tres días después, el 9 de agosto, Nagasaki fue también blanco de un segundo ataque atómico. La bomba “Fat Man”, de plutonio, cayó a las 11:02 sobre la ciudad. Aunque Nagasaki no estaba inicialmente en la lista de objetivos primarios, fue seleccionada debido al mal clima en la ciudad de Kokura, que era el blanco original. La detonación dejó entre 60.000 y 80.000 víctimas fatales.
Ambas ciudades quedaron en ruinas. Pero también iniciaron una reconstrucción única, no solo de sus edificios, sino también de su rol en el mundo. Hoy, Hiroshima y Nagasaki son símbolo de paz, conciencia histórica y reconstrucción urbana.
Qué visitar en Hiroshima: parques, museos y símbolos de la paz

En la actualidad, Hiroshima es una ciudad moderna, dinámica y profundamente simbólica, que ha sabido reconstruirse con un mensaje claro: memoria, resiliencia y paz. Ubicada en la región de Chūgoku, al suroeste de Japón, es un destino turístico que combina historia, naturaleza y cultura contemporánea. El principal atractivo es el Parque Conmemorativo de la Paz de Hiroshima, que alberga el impactante Museo de la Paz, el Cenotafio de las Víctimas de la Bomba Atómica y el emblemático Domo de la Bomba Atómica, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Pero Hiroshima también ofrece espacios verdes, gastronomía regional como el okonomiyaki estilo Hiroshima, y proximidad a sitios de enorme valor como la isla de Miyajima, famosa por su santuario flotante y sus paisajes. Con una excelente infraestructura, museos, jardines y un compromiso activo con la cultura de la paz, Hiroshima es hoy una ciudad abierta al mundo, que invita a reflexionar y a disfrutar de una experiencia única en Japón.
1. Parque Conmemorativo de la Paz
Situado donde antes estaba el barrio de Nakajima, este parque de 12 hectáreas fue creado para honrar a las víctimas de la bomba. Es uno de los lugares más visitados del Japón, con más de un millón de turistas al año.

- Cenotafio de las víctimas: piedra conmemorativa con la inscripción “Que en paz descanse, no repetiremos los errores”.
- Campana de la Paz: que los visitantes pueden hacer sonar como gesto de recuerdo y reflexión.


- Monumento a la Paz de los Niños: inspirado en la historia de Sadako Sasaki, símbolo de las víctimas infantiles.

2. Domo de la Bomba Atómica (Genbaku Dōmu)
Este edificio, que funcionaba como Palacio de Exposición Industrial, resistió milagrosamente la explosión y fue preservado como se encontraba tras el ataque. Desde 1996 es Patrimonio Mundial de la Unesco y representa uno de los íconos más reconocidos de Hiroshima.

3. Museo de la Paz de Hiroshima
Diseñado por el arquitecto Kenzō Tange, ofrece un recorrido completo sobre los hechos previos, durante y posteriores al bombardeo, con objetos originales, testimonios, fotografías y documentos históricos. La visita es profundamente conmovedora y educativa.





4. Castillo de Hiroshima
Reconstruido en 1958, este castillo estilo tradicional japonés funcionó como cuartel del ejército imperial. Hoy alberga un museo dedicado a la historia de Hiroshima antes de la Segunda Guerra Mundial, con vistas panorámicas desde su torre.

5. Otros atractivos
- Jardines Shukkeien: creados en el siglo XVII, son un espacio verde de calma y belleza.
- Isla de Miyajima (Itsukushima): famosa por su santuario flotante, accesible en ferry desde Hiroshima.

Qué visitar en Nagasaki: espiritualidad, historia y cultura portuaria
Hoy, Nagasaki es una ciudad portuaria vibrante en el suroeste de Japón que combina modernidad, historia y espiritualidad. Reconocida por su pasado trágico, se ha convertido en un símbolo de paz y reconstrucción. Su geografía montañosa, su puerto activo y su herencia multicultural –marcada por siglos de intercambio con Europa, en especial con Portugal y Países Bajos– la distinguen del resto del país. Entre los atractivos turísticos más destacados figuran el Parque de la Paz, la imponente Estatua de la Paz, la Catedral de Urakami y el Museo de la Bomba Atómica. Además, Nagasaki conserva una rica tradición cristiana, única en Japón, y ofrece miradores panorámicos como el Monte Inasa, desde donde se obtienen algunas de las vistas nocturnas más impresionantes del país. Con una activa vida cultural, gastronomía local y conexiones fáciles por tren y ferry, Nagasaki es hoy un destino ideal para quienes buscan una experiencia profunda, cultural y reflexiva en el Japón contemporáneo.

1. Parque Conmemorativo de la Paz de Nagasaki
Ubicado cerca del hipocentro del bombardeo, fue inaugurado en 1955 como espacio de memoria.

- Estatua de la Paz: una escultura de 10 metros, obra de Seibo Kitamura, cuya mano derecha señala el peligro de la bomba y la izquierda simboliza paz. Cada 9 de agosto se realiza allí una ceremonia de homenaje.
- Fuente de la Paz: representa el deseo de agua de las víctimas tras la explosión.
2. Museo de la Bomba Atómica de Nagasaki
Recorre la historia del ataque del 9 de agosto con una narrativa clara y profundamente humana. Incluye maquetas, fotos y objetos rescatados.

3. Catedral de Urakami
La iglesia católica más grande de Asia en su momento, fue destruida por la bomba. Reconstruida en 1959, mantiene parte de su estructura original como símbolo de resistencia. Nagasaki tiene una historia cristiana única en Japón, ya que fue el principal punto de contacto con Occidente durante siglos.

4. Museo de la Cultura de los Mártires Cristianos
Ofrece una mirada sobre la historia de la persecución y resistencia cristiana en Japón.
5. Monte Inasa
Ideal para obtener una vista panorámica de Nagasaki, especialmente al atardecer. Se accede por teleférico y es considerado uno de los mejores miradores del país.

6. Puerto de Nagasaki
Históricamente, fue el único puerto abierto al mundo durante el período de aislamiento japonés. Destruido en 1945, fue reconstruido y modernizado, y hoy vuelve a ser un polo económico clave, con paseos marítimos, actividades culturales y restaurantes.


Cómo llegar y moverse
- Desde Buenos Aires: se puede volar a Tokio con escalas, y luego tomar el tren bala (Shinkansen) hasta Hiroshima. De allí, Nagasaki queda a unas 3 horas en tren.
- Japan Rail Pass: permite traslados ilimitados en tren bala durante 7, 14 o 21 días. Ideal para turistas.
- Transporte urbano: ambas ciudades cuentan con tranvías y buses turísticos. Hiroshima ofrece buses gratuitos para quienes presentan pasaporte extranjero.
Nuestros consejos
- Cuándo viajar: primavera (marzo a mayo) y otoño (septiembre a noviembre) ofrecen clima templado y colores especiales en la vegetación.
- Duración recomendada: al menos 2 días por ciudad para una experiencia completa.
- Respeto y silencio: muchos lugares son sitios de recogimiento, por lo que se recomienda una actitud reflexiva.
- Visitas guiadas: disponibles en varios idiomas, algunas con guías especializados en historia y patrimonio.
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