El planeta se mueve, y lo hace más rápido de lo que muchos imaginan. Hoy en día, el nivel del mar crece a un ritmo de 4 milímetros por año, una cifra que puede parecer pequeña, pero que esconde una amenaza mayúscula para costas, ciudades y destinos turísticos de todo el mundo. En total, desde 1880, el océano ha subido entre 21 y 24 centímetros, y los científicos estiman que podríamos llegar a una elevación de hasta un metro para el año 2100.
¿Qué significa esto para quienes amamos viajar? Que algunos de los paisajes más hermosos y visitados del planeta están en peligro de desaparecer tal como los conocemos. El aumento del nivel del mar no es solo un dato climático: es una realidad que redefine la forma en que viajamos, exploramos y habitamos el mundo.
¿Por qué sube el nivel del mar?
Detrás de este fenómeno están principalmente dos procesos ligados al cambio climático:
- 🌡️ La dilatación térmica del agua: al calentarse, el agua del océano se expande.
- ❄️ El deshielo de glaciares y capas polares: especialmente en Groenlandia y la Antártida.
A esto se suma un tercer factor, menos conocido pero igualmente relevante: el agua dulce que antes se almacenaba en suelos y acuíferos (debido a la vegetación o a napas subterráneas) ahora fluye al mar por culpa de la deforestación, la desertificación y la sobreexplotación de reservas hídricas.
Esta infografía de la Fundación Aquae ayuda a sintetizar y memorizar las causas de la subida del nivel de los mares:

Ciudades y destinos turísticos en riesgo
A nivel global, cerca del 10 % de la población mundial vive en zonas costeras, y 8 de las 10 ciudades más grandes del mundo están prácticamente al nivel del mar. Algunas de las regiones más afectadas —o que lo estarán muy pronto— son:
- Ámsterdam y los Países Bajos
- Venecia, que ya lucha contra las inundaciones diarias
- La Costa Atlántica bonaerense en la Argentina y el Delta del Paraná
- El litoral brasileño-uruguayo a la altura del a la Laguna del Chuy
- Bangkok, Shanghái, Miami y Nueva York
- Las islas del Caribe, Polinesia y Maldivas, que podrían quedar sumergidas en décadas
En Europa, la cuenca del mar Báltico es una de las zonas donde el nivel del mar sube más rápido: 4,8 mm por año, según datos satelitales. Esto afecta a destinos costeros de Suecia, Finlandia y los países bálticos, que ya enfrentan erosión acelerada y retroceso de playas.
¿Qué implica para el turismo?
El turismo costero —playas, cruceros, islas paradisíacas, resorts frente al mar— es uno de los más afectados. La erosión costera, el aumento de inundaciones durante mareas altas y tormentas, y la salinización de acuíferos son fenómenos que impactan directamente en la infraestructura turística, la disponibilidad de agua potable y la calidad del paisaje.
Según proyecciones europeas, más de 50 millones de personas estarán en riesgo en las próximas décadas, y el coste estimado por daños asciende ya a 1.250 millones de euros anuales.
¿Cómo adaptarse como viajero?
Frente a esta realidad, el turismo también puede convertirse en un agente de cambio y conciencia. Algunas recomendaciones:
✅ Elegir destinos con políticas ambientales activas: muchos lugares están invirtiendo en defensas costeras, energías limpias y turismo responsable.
✅ Apoyar el turismo local y sostenible: busca alojamientos eco-certificados y operadores que cuiden el entorno.
✅ Evitar el turismo de masas en zonas sensibles: muchas playas y atolones no resisten la presión humana excesiva.
✅ Reducir la huella de carbono al viajar: vuelos directos, transporte público, compensación de emisiones.
¿Qué podemos esperar?
Los modelos más recientes prevén una subida de entre 30 y 60 cm para 2100, pero en escenarios críticos, podría ser de varios metros en los siglos siguientes. Esto no solo alterará los mapas, sino que cambiará el concepto mismo de frontera costera y forzará a millones a desplazarse.
Aún estamos a tiempo de actuar: la velocidad y magnitud del impacto dependerán de nuestras emisiones futuras y de nuestra capacidad para adaptarnos y proteger lo que todavía tenemos.
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