El unicornio “existe”. Vive en Asia y está al borde de la extinción. Un programa genético podría salvarlo.

La criatura más escurridiza de Asia podría volver a la vida. Se trata del saola (Pseudoryx nghetinhensis), apodado la “unicornio asiática” por sus largas y delgadas astas paralelas. Es uno de los animales más enigmáticos y amenazados del planeta. Pero un nuevo avance científico podría cambiar radicalmente su destino: por primera vez, investigadores han logrado secuenciar completamente su genoma, un paso clave hacia su conservación… o incluso su posible resurrección.

Descubierto oficialmente en 1992 en las montañas Annamitas, entre Laos y Vietnam, el saola ha sido visto tan pocas veces que su existencia casi roza la leyenda. La última observación confirmada ocurrió en 2013, y desde entonces, no se han encontrado rastros fiables: ni imágenes, ni huellas, ni ADN ambiental. Algunos expertos temen que ya esté extinto.

El genoma completo revela una esperanza

Una nueva investigación publicada en la revista CELL presenta el primer mapeo completo del genoma del saola, analizado a partir de restos conservados por comunidades rurales. Los resultados sorprendieron a los científicos: existen dos poblaciones genéticamente distintas, separadas hace entre 5.000 y 20.000 años, un dato completamente desconocido hasta ahora.

Según Genís Garcia Erill, investigador de la Universidad de Copenhague, esta división genética podría ser la clave para salvar la especie. Si se lograra reunir al menos una docena de ejemplares —idealmente una mezcla de ambas líneas genéticas—, los modelos científicos sugieren que el saola podría tener una probabilidad razonable de supervivencia a largo plazo.

El ADN, nuevo aliado para detectar al saola

Gracias al genoma descifrado, ahora es posible desarrollar herramientas de detección mucho más eficaces. Métodos como el análisis de ADN ambiental en aguas de los ríos o incluso en sangres de sanguijuelas podrían confirmar si aún quedan ejemplares vivos. Según Minh Duc Le, de la Universidad Nacional de Vietnam, esta información “amplía enormemente el arsenal científico” para encontrar a este evasivo animal.

¿Y si ya no queda ninguno? La de-extinción como alternativa

En el peor de los casos, la información genética podría utilizarse en un futuro para la de-extinción del saola. Así lo sugiere Rasmus Heller, coautor del estudio, quien menciona que las tecnologías utilizadas recientemente para recrear animales extintos, como los dire wolves (lobos prehistóricos de América del Norte), podrían aplicarse al saola.

El saola: símbolo de biodiversidad y esperanza

El saola es más que una rareza biológica: es una reliquia evolutiva que representa una rama única de 15 millones de años en el árbol de la vida. Su posible desaparición sería una pérdida incalculable para la biodiversidad global. Pero la ciencia parece decidida a no rendirse. Y ahora, con su mapa genético en mano, el sueño de ver de nuevo a la “unicornio asiática” caminando por los bosques de Asia ya no parece imposible.